ANÁLISIS
Desafío para Irán en Irak
JESÚS TORQUEMADA
Lo que está sucediendo en Irak está pasando bastante desapercibido, pero es muy importante.
Desde hace dos meses, se suceden las protestas callejeras para reclamar el fin de la corrupción y medidas contra la pobreza. Pero, además, esa protesta está adquiriendo un tono antiiraní.
El Gobierno iraquí está dominado por los chiíes iraquíes, que han relegado a un segundo plano a los suníes iraquíes. Los chiíes iraquíes reciben el respaldo de Irán, que es la gran potencia chií. Un respaldo político y militar: Qasem Suleimani, el jefe de la Guardia Republicana iraní, es el principal consejero del presidente chií iraquí, Adel Abdelmahdi.
Teherán le ha ordenado a Abdelmahdi que resista frente a los manifestantes y las fuerzas de seguridad iraquíes se han empleado con dureza: casi cuatrocientos muertos en menos de dos meses. Por eso, los manifestantes han empezado a proclamar su enfado con Irán y le exigen que deje de inmiscuirse en Irak.
Ayer, los manifestantes incendiaron el consulado iraní de Nayaf y los soldados gubernamentales mataron a 35 personas. Lo que pasa en Irak está demostrando que no son solo Estados Unidos o Arabia Saudí los que incendian Oriente Medio. Irán también tiene mucha responsabilidad de lo que pasa en Irak, Siria, Líbano y Yemen.