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Análisis

¿Una nueva frontera para la UE en Escocia?

Felipe Etxebarria

Escocia celebra elecciones parlamentarias el 6 de mayo, que el Reino Unido mira con tensión por la promesa de Sturgeon de realizar un segundo referéndum.

El Reino Unido mira con tensión las elecciones parlamentarias que se celebran en Escocia el próximo 6 de mayo. Aunque todavía no es seguro el segundo referéndum, el jueves se sabrá si los escoceses quieren la independencia.

La ministra principal Nicola Sturgeon del SNP (Partido Nacional Escocés) es la favorita. Según todas las encuestas ganará estos comicios, y es muy probable que con los verdes obtenga una mayoría absoluta pro-independencia.

Estos son los datos de la última encuesta:

¿Será suficiente esa mayoría absoluta para reivindicar un segundo referéndum?

Según los expertos, si se da esa mayoría, el primer ministro Boris Johnson tendrá muy difícil impedir una segunda consulta sobre la independencia, pese a que insiste en no permitirla en una generación.

Esta mayoría pro-independentista se daría, pese a que los vínculos económicos de Escocia con el resto del Reino Unido son muy fuertes, mayores que los que unen a Escocia con la UE. Expertos del London School of Economics calculan que la independencia de Escocia sería el triple de cara que el brexit. Este cálculo sería válido incluso en el caso en que Escocia ingresara en la UE.

En 2014, los escoceses votaron por mantenerse dentro del Reino Unido en una proporción de 55-45. Pero la salida del Reino Unido de la UE, en contra de la opinión mayoritaria de los escoceses, ha hecho que las condiciones cambiaran y ahora se invoca la necesidad de una nueva consulta.

La reciente escisión del ex ministro principal Alex Salmond que ha creado un nuevo partido independentista, podría restar votos al SNP. Pero los sondeos pronostican un exiguo resultado del 3 % a la formación Alba de Salmond que no obtendría representación.

De cara al futuro la tendencia de las fuerzas independentistas es ascendente. Cerca de tres cuartos de los jóvenes escoceses son partidarios de romper amarras con Londres, mientras que los adultos mayores prefieren seguir dentro del Reino Unido.