Análisis
Nueva presión migratoria al este de Europa
FELIPE ETXEBARRIA | EITB MEDIA
Un número cada vez mayor de refugiados procedentes de Bielorrusia llegan a la Unión Europea atravesando Polonia.
Un número cada vez mayor de refugiados procedentes de Bielorrusia llegan a la Unión Europea atravesando Polonia. Todo un reto para la próxima coalición de gobierno entre socialdemócratas, verdes y liberales.
Haces seis años que una ola de refugiados procedentes de Siria llegaba a Alemania a través de Turquía y los Balcanes. La canciller, Angela Merkel, abría entonces su frontera y les daba la bienvenida. Desde entonces la canciller ha trabajado a favor de una política común de inmigración en la UE. Pero Alemania no ha podido lograr ningún avance a nivel europeo, ni durante su presidencia de la unión.
El problema se ha agravado últimamente. Unidades especiales griegas y croatas rechazan violentamente a los refugiados que intentan cruzar sus fronteras. Cada vez más refugiados llegan a los campos de Grecia en pésimas condiciones, o mueren ahogados al tratar de atravesar el mar.
Bielorrusia ha comenzado a utilizar a los refugiados como arma contra la UE, y a los que llegan procedentes de Oriente Medio los envía en autobuses a la frontera de Polonia, que a su vez les impide entrar, mientras muchos de ellos mueren de frío y hambre.
La toma del poder de los talibanes en Afganistán también hace temer la llegada de miles de refugiados, como lo hicieron los sirios en 2015.
En Alemania el problema ha llegado a las negociaciones tras las recientes elecciones que llevan a cabo el SPD (socialdemócratas), los Verdes y el FDP (liberales). Los Verdes son partidarios de apoyar a Polonia repartiendo por toda la UE a los refugiados que llegan desde Bielorrusia. Los liberales, en cambio, prefieren una política más dura.
Mientras tanto, Polonia en plena disputa con la UE, ha solicitado una ayuda de 350 millones de euros a Bruselas y ha movilizado miles de soldados para la construcción de una alambrada de espinos en su frontera con Bielorrusia. No solo Polonia, 11 estados más de la Unión Europea (Austria, Bulgaria, Chipre, Dinamarca, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, República Checa y Eslovaquia) han pedido fondos para financiar la construcción de alambradas en sus fronteras.
Pero la presidenta de la Comisión ha rechazado tajantemente esa demanda. Según Úrsula Von der Leyen, Bruselas no financiará las alambradas que cada país construya en sus fronteras.