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Análisis

Grecia pone la pelota en el tejado de Alemania

Jesús Torquemada

Redacción

Si hubiera ganado la izquierda, estaríamos diciendo que el euro tenía un problema imposible de resolver. Ahora que ha ganado la derecha, podemos decir que el problema es casi imposible de resolver.

Si en Grecia hubiera ganado la izquierda, estaríamos diciendo que el euro tenía un problema imposible de resolver. Ahora que ha ganado la derecha, podemos decir que el problema es casi imposible de resolver.

Porque, en realidad, el problema sigue siendo igual de gordo, y su planteamiento apenas ha cambiado. El problema es cómo combinar la política de austeridad que defiende la canciller alemana, Angela Merkel, y la política de crecimiento que defiende el presidente francés, François Hollande. Es decir, cómo ser disciplinados con el gasto público sin que eso estrangule la economía.

Cada vez hay más dirigentes mundiales que se ponen del lado de Hollande, entre ellos el estadounidense Obama, y en contra de Merkel. Y eso se va a visualizar en la reunión del G-20 que comienza hoy en México.

Alemania lleva tiempo diciendo que, antes de abrir el grifo del dinero, los países más gastadores tienen que demostrar que son capaces de controlar el gasto. En otras palabras: Alemania no va a dejar que el Banco Central Europeo suelte liquidez y compre deuda de los países en dificultades hasta que esos países hagan los deberes.

Pues bien; los griegos tenían la oportunidad de romper la baraja y han decidido seguir aguantando los duros sacrificios impuestos.

Portugal, Irlanda, España, Italia, Holanda, Gran Bretaña y otros países europeos han metido a fondo la tijera en el gasto público. ¿Qué más hay que hacer para que Alemania cambie ya su política?