Análisis
La tendencia mundial hacia el proteccionismo ha acentuado la tensión internacional
felipe etxebarria
Un colectivo de una treintena de economistas norteamericanos y europeos ha hecho un llamamiento en varios periódicos, pidiendo una regulación internacional para abordar los desequilibrios entre los Estados, como ocurrió al final de la Segunda Guerra Mundial.
Un año después del inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, nada parece indicar que la guerra vaya a terminar. "¿Por qué continua la guerra? ¿Por qué las tensiones militares aumentan a escala mundial?", se preguntan estos economistas que rechazan la tesis de un "choque de civilizaciones". Al contrario, reconocen que las contradicciones del sistema económico mundial desregulado han agudizado las tensiones geopolíticas.
Consideran que el peor defecto del sistema actual es el desequilibrio de las relaciones económicas internacionales heredado de la globalización. Se refieren a la situación financiera de unos con respecto a otros: el Reino Unido, por ejemplo, tiene una deuda de cerca de un billón de dólares (945 000 millones de euros); la de Estados Unidos alcanza los 18 billones de dólares; mientras que diversos países de Oriente se han convertido en grandes acreedores, como es el caso de China, que cuenta con activos de más de 4 billones de dólares, según el FMI.
Durante muchos años, China y otros países acreedores de Oriente han utilizado sus activos financieros para conceder préstamos a bajos tipos de interés a Estados Unidos y a Occidente. Al mismo tiempo, Estados Unidos, pese a estar en déficit financiero, ha comprado empresas chinas y orientales bastante rentables. El resultado ha sido paradójico: el gran acreedor chino registraba pérdidas netas de capital, mientras el deudor americano registraba ingresos anuales procedentes del extranjero. Esta anomalía no es conveniente para los países acreedores orientales, que quieren utilizar sus activos para adquirir empresas occidentales rentables. "Una tendencia hacia la centralización de los capitales", pero esta vez en manos orientales.
Para contrarrestar esta tendencia, Estados Unidos y sus aliados han abandonado su entusiasmo por la globalización y han adoptado políticas cada vez más proteccionistas en relación a los capitales y mercancías de China y el resto de Oriente. La Unión Europea también se ha unido a este cambio proteccionista encabezado por Estados Unidos; un cambio de actitud que contrasta con la tendencia inversa en los países de Oriente que, partiendo de posiciones proteccionistas, optaron por el libre comercio hasta lograr la autorización de entrar en la OMC.
Ante este desequilibrio mundial de las relaciones económicas que tensionan las relaciones políticas internacionales, estos economistas piden una regulación acordada como la que tuvo lugar a final de la Segunda Guerra Mundial.