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Análisis

Israel había ignorado las señales de alertas sobre el ataque de Hamás

Felipe Etxebarria

Nuevas pruebas muestran que el ejército israelí tuvo informaciones concretas sobre los preparativos del ataque de Hamás del 7 de octubre.

Un oficial de la unidad de élite había alertado sobre estos preparativos de Hamás meses antes del ataque del 7 de octubre. "No quiero oir hablar de estas estupideces. Si continúa le aplicaré la ley marcial" es la respuesta que dio el comandante al oficial.

Además, la televisión pública israelí ha revelado que los servicios de inteligencia se habían hecho con un manual de Hamás, donde se detallaban las acciones tácticas para hacerse con el control de los puestos militares israelíes alrededor del estrecho de Gaza. En él se preveía la muerte de civiles y la captura de rehenes. Se daban también consignas sobre la forma de utilizar las camionetas, tractores para forzar los cierres de seguridad, así como la forma de utilizar los cohetes anticarro y los obuses de mortero. Los islamistas habían realizado también operaciónes de intoxicación psicológica practicando escaramuzas en la frontera para hacer creer que se limitaban a acciones de envergadura menor.

Los soldados israelíes de vigilancia, a través de las cámaras instaladas en la frontera, habían constatado signos sospechosos. Habían alertado también sobre el hecho de que los comandos de Hamás ensayaban la toma de rehenes bajo la dirección de un alto responsable que había sido identificado con un dispositivo de identificación facial. Pero sus superiores estimaron que esos soldados tenían tendencia a dejar volar su imaginación.

Un oficial especializado en informaciones electromagnéticas había detectado también ejercicios de entrenamiento en la frontera, inusuales por su amplitud, tres meses antes del 7 de octubre. Sus superiores prefirieron no escucharle, amenazandole con sanciones, si no se calmaba.

Los responsables del ejército israeli desdeñaron todas esas informaciones, considerando que Hamás no disponía de fuerzas necesarias para llevar a cabo una ofensiva de envergadura frente a la fuerza de disuasión israelí.

Recientemente los miembros  del estado mayor del Shin Beth, el servicio de seguridad encargado de la lucha antiterrorista, han admitido su responsablidad por ignorar todas estas señales de alerta, lo que no es el caso aún del primer ministro Benyamin Netanyahou.