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Polémica reforma

Las claves de la polémica reforma laboral francesa

eitb.eus

Ni sindicatos ni patronal respaldan una norma que prevé abaratar el despido y que prima los convenios de empresa sobre los colectivos.

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Euskaraz irakurri: Frantziako lan-erreforma polemikoaren gakoak

La reforma laboral promovida por el Gobierno del presidente francés, François Hollande, ha puesto en pie de guerra a sindicatos, patronal, partidos progresistas y conservadores y ha provocado grandes manifestaciones y protestas, a un año de que se celebren las elecciones presidenciales y con la popularidad del jefe de Estado por los suelos, con una desaprobación récord de ocho de cada diez ciudadanos.

A la reforma se le reprocha, entre otros puntos, acabar con la igualdad de negociación entre empleados y empresarios al otorgar primacía a los acuerdos en las empresas por encima del convenio colectivo, es decir, que los acuerdos en las empresas puedan sustituir a los convenios colectivos fijados a nivel nacional.

Esa es una de las principales razones para que dos de los mayores sindicatos, la Confederación General del Trabajo (CGT) y Fuerza Obrera (FO), sigan exigiendo la retirada del texto.

La derecha se había mostrado en parte favorable al proyecto de ley cuando se conocieron los primeros elementos hace tres meses, pero ha ido tomando distancias conforme el Ejecutivo hizo concesiones para conseguir el apoyo de los sindicatos reformistas, y en particular de la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT).

Ahora, ninguno de sus diputados está dispuesto a votar un texto que también ha pasado a rechazar la patronal Medef, porque considera que no tiene nada qué ver con la versión inicial que sí apoyó.

Otras claves

Entre otros puntos polémicos, la reforma facilitará los despidos, ya que  bastará que una emprese alegue que durante dos o tres meses ha tenido menos pedidos o que tiene problemas de tesorería para poder echar a trabajadores, aunque en ese tiempo no haya tenido pérdidas.

Además, las indemnizaciones por despido pasarán a ser de tres meses de suelo para trabajadores y trabajadoras con una antigüedad inferior a los dos años, y de 15 meses para quienes hayan trabajado más de 20 años en una misma empresa. Hasta ahora, esta indemnización era de 27 meses.

Otro asunto espinoso, la semana laboral de 35 años, uno de los emblemas de la legislación laboral francesa y asunto casi sagrado en el país, puede ser ampliada, ya que la norma establece que será posible trabajar hasta 48 horas semanales (incluso hasta 60 con autorización previa), con la condición de que en la semana siguiente la jornada semanal sea solo de 10 horas. Así, como media, la semana laboral podría ser de 37,5 horas durante tres meses.

El proyecto también permite a la empresa modificar el contrato de trabajo con acuerdo del trabajador, pero sin alterar la remunación, por lo que podría darse que una persona trabaje más pero sin ganar más.

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