transición energética
Josu Jon Imaz asegura que la transición energética "se está haciendo mal"
N. B. | EITB MEDIA
El consejero delegado de Repsol apuesta por el principio de neutralidad energética y el uso de todas las fuentes de energía, incluidos el gas y el petróleo.
Euskaraz irakurri: Trantsizio energetikoa "gaizki" egiten ari dela esan du Josu Jon Imazek
Josu Jon Imaz ha asegurado este miércoles que la transición energética "se está haciendo mal" porque España, "fuerte consumidor de gas" , ha decidido, "erróneamente" prohibir la exploración y extracción de gas. En este sentido, ha afirmado que la Ley de Cambio Climático aprobada en 2021 y que prohíbe la exploración y extracción de gas en España "es un grave error" y en "Europa se está haciendo lo mismo".
Así, ha dicho que hay que invertir en renovables, pero "también hay que hacer posible que las empresas inviertan en petróleo y gas, porque sino hacemos esto posible los precios van a seguir subiendo, y el problema va a tener un tamaño mayor".
El consejero delegado de Repsol ha participado este miércoles en el VII Foro de Energía organizado por elEconomista.es en el que se han dado cita los principales líderes del sector energético español para debatir las claves que dibujan el camino hacia la independencia energética.
En ese foro ha asegurado que "estamos empujando a los inversores a que salgan del negocio del gas y del petróleo y estamos ahogando a la comunidad financiera para que no invierta en producción de petróleo y gas". Eso, según ha explicado, ha generado un declive europeo de la producción de gas, que se ha echado en manos de Rusia "produciendo una dependencia" del gas en los últimos años.
"La demanda sigue subiendo, y tampoco hace falta ser doctor en economía en Harvard para saber que si la producción baja, porque la hacemos bajar, y la demanda sube, los precios suben. Esto es la causa raíz de lo que está pasando con la energía", ha dicho. En este sentido, ha añadido que "es evidente que la invasión de Ucrania y las amenazas de Putin están haciendo que el gas esté subiendo más todavía·.
Por eso, ha apostado por replantear la transición energética. "Tenemos que pensar que esto es una transición, no una revolución energética, porque la revolución energética la están pagando los consumidores, las familias en sus recibos de electricidad y gas, y la están pagando las industrias que tienen que pagar por su actividad".
Imaz ha asegurado que "necesitamos una transición que cuide la seguridad del suministro", porque "necesitamos y vamos a necesitar por muchos años hidrocarburos, y vamos a necesitar petróleo y gas durante décadas".
Imaz ha resaltado que todo esto tiene que ser compatible con la bajada de emisiones de CO2. "Una transición energética mal planteada no solamente ahoga la producción de hidrocarburos, no solamente hace imposible a las familias y las empresas pagar las facturas de la energía, sino que aumenta las emisiones de CO2", ha dicho.
En este sentido, ha criticado que en Europa se ha hecho una transición energética "ideológica, en la que seleccionamos y rechazamos e impedimos inversiones de determinadas fuentes de energía por motivos ideológicos, no tecnológicos". Por eso, ha propuesto replantear esta transición y "basarnos en el principio de neutralidad energética, porque necesitamos todas las fuentes de energía, y necesitamos producir gas".
Imaz ha dicho que "estamos haciendo políticas en nombre del ecologismo, la descarbonización y el cambio climático, pero estas medidas además de empobrecer a las familias y de impactar negativamente en la actividad industrial, están aumentando las emisiones de CO2 en el mundo".
Impuesto sobre beneficios extraordinarios
Preguntado por el impuesto aprobado por el Gobierno de España para gravar los supuestos beneficios extraordinarios de las energéticas en los ejercicios 2022 y 2023, Josu Jon Imaz se ha referido al mismo como el impuesto "de las tres mentiras", en referencia a una frase popular sobre el municipio riojano Aldeanueva del Ebro.
En primer lugar ha señalado que no es un impuesto, sino una prestación patrimonial, llamada así para evitar que sea un gravamen ilegal al tener doble imposición. También ha señalado que no es sobre beneficios, sino sobre las ventas. Y la tercera "mentira" sería que no es sobre un elemento extraordinario.
En este punto, ha aludido a que el negocio de Repsol es cíclico y que "a veces se gana y a veces se pierde". Así, ha argumentado que entre 2019 y 2020 la empresa perdió 7100 millones de euros por causas coyunturales y que, actualmente, si se tienen en cuenta los últimos años, la compañía seguiría perdiendo dinero de forma acumulada.
Asimismo, se ha mostrado a favor de una de las medidas que ya se ha tomado en España y que se valora adoptar también a nivel europeo, el tope al gas, de forma temporal y como respuesta a una situación excepcional, al tiempo que han rechazado el impuesto a las compañías energéticas con el que Gobierno recaudará el 1,2 % de la cifra de negocio de estas empresas, unos 2000 millones de euros.
Para el directivo de la petrolera, este medida es "razonable" en un mercado regulado y en un momento en el que el precio del gas sube y el resto de fuentes de energía tienen buenas rentabilidades, con el objetivo de que los consumidores puedan pagar precios más bajos.