Pensiones
Retrasar la edad de jubilación aumenta el riesgo de morir antes, según un estudio de Fedea
Agencias | EITB Media
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada recomienda "tener en cuenta el grado de exigencia física, emocional y mental de las distintas ocupaciones" y aboga por introducir mecanismos flexibles de jubilación anticipada y parcial.
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Retrasar la edad de jubilación aumenta el riesgo de una mortalidad temprana, de forma que demorar un año la salida del mercado laboral eleva "significativamente" el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años, especialmente en los sectores y ocupaciones físicamente más exigentes y sujetas a un mayor nivel de estrés emocional y mental.
Un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) afirma, además, que este riesgo de mortalidad temprana es "mucho menor" entre aquellos trabajadores que tienen acceso a mecanismos de jubilación parcial que les permiten reducir sus horas de trabajo a partir de determinada edad.
El estudio presta especial atención a cómo varían los efectos sobre la mortalidad dependiendo de las características de los puestos de trabajo y la flexibilidad de la jornada.
En base a estos resultados, los autores calculan el coste o beneficio social de restringir o eliminar la opción de la jubilación anticipada y muestran que "el impacto adverso sobre la esperanza de vida supera las ganancias fiscales".
El estudio calcula la ganancia de la Seguridad Social al aumentar la aportación al sistema de pensiones y ahorrarse las pensiones de las personas con unas mortalidad temprana, y concluye que, "en suma, los ahorros fiscales derivados del retraso en la jubilación y la reducción de la duración de los pagos de las pensiones no compensan la pérdida social asociada a la reducción de la esperanza de vida, lo que sugiere que la reforma no es económicamente beneficiosa en el contexto más amplio del bienestar social".
Para Fedea, los resultados de este informe apuntan a la necesidad de diseñar "con cuidado" los detalles de las políticas de jubilación y atender a sus posibles efectos sobre la salud de los trabajadores.
"Es importante, en particular, tener en cuenta el grado de exigencia física, emocional y mental de las distintas ocupaciones a la hora de fijar las edades mínimas y legales de jubilación, que no pueden ser iguales para todos", alega.
Asimismo, aboga por introducir, con carácter general, mecanismos flexibles de jubilación anticipada y parcial que permitan a los trabajadores modular sus horas de trabajo en la parte final de su carrera laboral.