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Los escándalos calientan el ambiente del debate electoral en Francia

AGENCIAS | REDACCIÓN

Durante casi cuatro horas, los once candidatos al Elíseo participaron en un debate que dio pie a pocos momentos de verdadera discusión.

Debate televisivo previo a las elecciones presidenciales de Francia. EFE.

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Las investigaciones por corrupción de que son objeto el conservador François Fillon y la ultraderechista Marine Le Pen, pero también el pasado de banquero de negocios del socioliberal Emmanuel Macron, marcaron los momentos de mayor fricción en el debate de los candidatos presidenciales en Francia.

Durante casi cuatro horas, los once pretendientes del Elíseo que se disputarán el voto de los electores en la primera vuelta del día 23 se sometieron anoche ante las cámaras a un ejercicio inédito y muy pautado para respetar la igualdad de todos, que dio pie a pocos momentos de verdadera discusión.

El de mayor temperatura fue, como se preveía, cuando se abordó la moralización de la política por el trasfondo de los procedimientos judiciales abiertos contra Fillon, que ha sido imputado por los empleos supuestamente ficticios que otorgó a su mujer y a dos de sus hijos, y a Le Pen, que hasta ahora se ha negado a presentarse para no ser acusada, amparándose en su impunidad parlamentaria.

Fillon se negó a responder a las preguntas que le hizo una de las periodistas moderadoras del debate sobre su inculpación, y también a reconocer que había cometido errores al contratar a su mujer y a sus hijos como asistentes parlamentarios con dinero público, algo -dijo- que han hecho cientos de parlamentarios franceses.

 

Macron, favorito de las encuestas, salió al paso asegurando que su actuación en el Gobierno del actual presidente, el socialista François Hollande, estuvo dominada por una "total independencia", y lanzó una puya a Fillon y a Le Pen al señalar que cuando se aspira a ser jefe del Estado "hay que empezar por respetar la justicia".

Otro de los momentos álgidos de un debate que en términos generales no permitió que ninguno de los grandes candidatos descollara -y en el que tampoco cometieron traspiés mayúsculos- fue el dedicado a la política europea, con una atención particular a la directiva sobre los trabajadores desplazados.

Macron y Fillon cargaron por separado contra los planes de Le Pen de sacar a Francia del euro y establecer barreras proteccionistas, y advirtieron de que todo eso tendría graves consecuencias para el país.

 

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