Golpe de Estado en Bolivia
¿Qué está pasando en Bolivia? Las claves del golpe de Estado
EITB.EUS
En medio de las protestas incitadas por la oposición y tras la "sugerencia" del Ejército, Evo Morales renunció a su cargo y Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta del país.
Euskaraz irakurri: Zer gertatu da Bolivian? Estatu-kolpearen gakoak
El 20 de octubre de 2019 se celebraron las elecciones presidenciales que tenían como principales candidatos al presidente Evo Morales y al exmandatario y opositor Carlos Mesa.
Dichas elecciones fueron cuestionadas desde el momento de su convocatoria por distintos sectores políticos y sociales contrarios a que Evo Morales pudiera presentar su candidatura para un cuarto mandato.
Ese malestar surgió tras el referendo del 21 de febrero de 2016, cuando más de la mitad del país votó en contra de una posible nueva reelección de Evo Morales. Sin embargo, el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo Electoral dieron el aval a la candidatura del líder indígena.
El 21 de octubre, el Tribunal Supremo Electoral anunció en rueda de prensa la victoria de Evo Morales al obtener el 46,4% de los votos. Carlos Mesa, sin embargo, se quedó con el 37,07%.
Al mismo tiempo, la Organización de Estados Americanos (OEA) publicó un informe en el que aseguraba que había detectado "graves irregularidades" en el proceso electoral y que, por lo tanto, abogaba por una repetición de los comicios.
Las protestas
Las protestas se intensifican después de que el 21 de octubre el candidato de la oposición, Carlos Mesa, y sus aliados denuncian públicamente que los resultados de las elecciones fueron manipulados, en base al informe de la OEA.
El 22 de octubre varias organizaciones convocan una huelga general indefinida y en las calles se registran enfrentamientos entre partidarios de ambos bandos.
El 23 de octubre el presidente Evo Morales denuncia públicamente que las dudas lanzadas sobre los resultados electorales tenían un trasfondo "racista", y afirma que la huelga general era "política" y que buscaba dar un "golpe de Estado".
El 31 de octubre la OEA inicia su auditoria sobre el recuento de votos, solicitada por el Gobierno de Evo Morales y rechazada por la oposición.
El 2 de noviembre, el ultraderechista Luis Fernando Camacho se erige como líder de la oposición en las calles y llama al Ejército y a la Policía a sumarse a la lucha contra Evo Morales.
Los primeros seis días de noviembre, mientras la OEA llevaba a cabo su segunda revisión del proceso, los enfrentamientos se intensifican aún más, especialmente en Cochabamba.
El 6 de noviembre, manifestantes opositores incendian el ayuntamiento en Vinto y obligan a la alcaldesa a caminar descalza por el pueblo, cubierta de pintura roja.
El 8 de noviembre, tres unidades policiales se amotinan en Cochabamba, Sucre y Santa Cruz. Las protestas de la oposición se extienden a varias zonas del país, mientras la Policía se mostraba cercana a los manifestantes en La Paz. Evo Morales volve a denunciar que hay “un golpe de Estado en curso”.
La renuncia de Evo Morales
El 10 de noviembre, y atendiendo a las recomendaciones de la OEA, Evo Morales convoca nuevas elecciones generales y anuncia que renovará la totalidad de los miembros del Tribunal Supremo Electoral.
Sin embargo, horas más tarde, las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana lanzan un mensaje en video en el que "recomiendan" al mandatario renunciar al cargo.
Ese mismo día, en un mensaje emitido por televisión, Evo Morales anuncia su dimisión con el objetivo de poner fin a la violencia y lograr la paz social, e insiste en que Bolivia está siendo víctima de un golpe de Estado: "Mi responsabilidad como presidente indígena y de todos los bolivianos es evitar que los golpistas sigan persiguiendo a mis hermanos y hermanas dirigentes sindicales y maltratando y secuestrando a sus familiares".
El 11 de noviembre, un grupo de opositores saquean la residencia de Evo Morales y su hermana.
El 12 de noviembre, Evo Morales viaja a México, donde permanece como asilado político.
Se consuma el golpe de Estado
El 12 de noviembre, la senadora Jeanine Áñez se autoproclama presidenta de Bolivia sin quórum en el Parlamento. Solo recibe el apoyo de los opositores y los dos tercios de la Cámara rechazan su sucesión.
El partido de Evo Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), no participa en la sesión en señal de rechazo.
El jefe del Ejército boliviano, Williams Kaliman, fue el encargado de colocarle la banda presidencial a Jeanine Áñez, cuya autoproclamación fue avalada por el Tribunal Constitucional.
El 13 de noviembre reaparece la presidenta del Senado de Bolivia, Adriana Salvatierra (MAS), para aclarar que no ha dimitido y que, por lo tanto, le correspondería a ella sustituir a Evo Morales en la Presidencia de la República.
Según la línea sucesoria trazada por la Constitución, sus sustitutos son el vicepresidente del país y los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados.
Hasta entonces, se consideraba que todos ellos habían dimitido, situación que aprovechó la vicepresidenta del Senado, Jeanine Áñez, para autoproclamarse presidenta.
Por su parte, Áñez defiende la legitimidad de su investidura, negando que haya sido un golpe de Estado y prometiendo que solo se mantendrá en el cargo el tiempo necesario para celebrar unas nuevas elecciones.
Manifestaciones y represión
El cambio de Gobierno, sin embargo, no pone fin al conflicto socio-político que vive Bolivia. Al contrario, las protestas por parte de los seguidores de Evo Morales continúan y la represión del Ejército y la Policía contra los manifestantes ha aumentado.
El 16 de noviembre, el nuevo Ejecutivo ultraderechista aprueba un decreto que exime de responsabilidad penal a policías y militares, una normativa calificada como "licencia para matar" por los partidarios de Morales.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 23 personas han muerto y 715 han resultado heridas en los enfrentamientos que se han registrado desde el inicio del conflicto y hasta el pasado 16 noviembre.