Coronavirus
Europa endurece sus medidas mientras asiste atónita al avance de la segunda ola
Agencias | Redacción
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha anunciado un confinamiento de un mes para Inglaterra. También Portugal ha ordenado el confinamiento del 70% de su población.
Euskaraz irakurri: Neurriak gogortzen hasi da Europa, bigarren olatuari ezin eutsita
Mientras en Euskal Herria las medidas restrictivas se reparten entre el toque de queda y el cierre perimetral de la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra, y el confinamiento domiciliario impuesto en Iparralde por el Estado francés, el resto de países europeos también están volviendo a tomar medidas que recuerdan a las que se extendieron por todo el continente durante la primera ola de la pandemia del coronavirus.
En Reino Unido, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha anunciado este sábado un confinamiento de un mes para Inglaterra que comenzará el próximo jueves y terminará en principio el 2 de diciembre. La población solo podrá salir de casa por razones justificadas: educativas, sanitarias, laborales o para abastecerse.
Johnson ha comparecido en rueda de prensa Downing Street y ha subrayado que "no hay alternativa" a este segundo confinamiento para atajar los contagios de coronavirus. "Ningún primer ministro responsable" podría ignorar el incremento de contagios en Inglaterra, ha destacado.
Además, ha advertido que este invierno podría haber más muertos que en la primera ola de la pandemia de la pasada primavera si no se toman medidas drásticas.
Italia fue el país europeo más castigado en el comienzo de la pandemia, pero ha podido contener la segunda ola mejor que algunos vecinos. El Gobierno estudia ya un nuevo decreto que endurecerá las medidas restrictivas actuales. Los casos diarios de coronavirus han superado este viernes primera vez los 30.000 contagios.
"Tenemos que analizar si es necesario anticipar movimientos para evitar que la curva empeore. Se están realizando incesantes reuniones para el próximo decreto, que sin duda será más restrictivo", ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores Luigi di Maio.
La última medida aprobada ha sido el cierre de bares y restaurantes a las 18:00, y el cierre total de cines, teatros, gimnasios y otras actividades. Di Maio ha garantizado que el objetivo del Ejecutivo es mantener en funcionamiento la actividad productiva y las escuelas con clases presenciales.
En Alemania, el próximo lunes entrarán en vigor nuevas medidas restrictivas consensuadas por los gobiernos federal y de los estados federados que contemplan el cierre en noviembre de bares y restaurantes, así como del ocio, la oferta cultural y el deporte aficionado en espacios cerrados, pero en la medida de lo posible se mantendrá la actividad escolar y el comercio.
Bélgica ha anunciado una batería de nuevas restricciones, entre ellas el cierre de todos sus comercios "no esenciales" hasta mediados de diciembre, con el objetivo de "evitar el colapso" de los servicios sanitarios.
"Son las medidas de la última oportunidad", ha subrayado el primer ministro Alexander De Croo. El presidente de Valonia, Elio di Rupo, lo calificó de "confinamiento sin aislamiento".
Las nuevas medidas son casi las mismas para todo el país, y entran en vigor desde el lunes 2 de noviembre hasta el domingo 13 de diciembre.
Portugal también ha superado sus récord de contagios y muertes en un solo día desde que comenzó la pandemia, así como el número de personas ingresadas en cuidados intensivos, que superan el pico registrado durante la primera ola.
El Gobierno portugués ha anunciado el confinamiento de los municipios con riesgo elevado de contagio de coronavirus a partir del 4 de noviembre, medida que alcanza al 70% de la población y que establece que sólo se debe salir de casa para actividades imprescindibles como trabajar, ir al colegio o comprar.
La medida ha sido decidida hoy en un consejo de ministros extraordinario y se aplicará por regla general a los municipios con una incidencia superior a los 240 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, situación en la que se encuentran actualmente 121 localidades portuguesas, entre ellas Lisboa y Oporto, con 7,1 millones de habitantes.
"Si no tenemos que hacer nada indispensable, debemos quedarnos en casa. Podemos ir a trabajar, a la escuela, a comprar, salir a hacer ejercicio físico, asistir a personas que lo necesiten... Pero la regla es que debemos quedarnos en casa", ha explicado el primer ministro, António Costa, tras el consejo.
En Suecia, especialmente castigada en la primera ola en comparación con los países de su entorno, los datos diarios también son de récord. Sin embargo, el principal epidemiólogo del Gobierno, Anders Tegnell, ha afirmado que Suecia ha registrado "un incremento ligeramente menor" al de otros países de la zona, y ha defendido que las "medidas voluntarias" promovidas por las autoridades parecen haber funcionado.
Las regiones más pobladas han recomendado a sus ciudadanos que no acudan a centros comerciales, museos, gimnasios, librerías y piscinas hasta el 18 de noviembre para minimizar riesgos. Tegnell también ha exhortado a la población a evitar los contactos con personas con las que no se conviva y a trabajar desde casa siempre que sea posible.
En Austria, el Gobierno ha anunciado un nuevo confinamiento, más moderado, a partir del próximo martes y durante un mes, con restricciones de movimiento y contactos privados, así como el cierre de hoteles y locales de gastronomía, ocio y culturales, entre otras medidas.
Entre otros, se impone un toque de queda a partir de las 20:00 para impedir los encuentros y fiestas privados nocturnos, pero se permite salir de casa de forma individual para pasear, hacer deporte y trabajar.
Las nuevas restricciones duraán hasta el 30 de noviembre y la esperanza es que "surta el efecto deseado de lograr un descenso masivo de las cifras de contagio, para poder aliviarlas paulatinamente en diciembre", según ha destacado el canciller federal Sebastian Kurz.
En Eslovaquia, donde viven 5,45 millones de habitantes, han comenzado ya a hacer pruebas de COVID-19 a toda su población mayor de 10 años. Con esta medida se pretende evitar el colapso de los hospitales y, sobre todo, el cierre de la economía.
"Tenemos una gran oportunidad de demostrar a Europa y al mundo que hay otras formas de hacer las cosas sin cerrar la economía y sin dejar a millones de personas sin empleo", ha dicho el primer ministro Igor Matovic.