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GOLPE DE ESTADO

Vuelve la dictadura militar a Myanmar, tras una frustrada transición a la democracia

EITB MEDIA | EUROPA PRESS

Los militares gobernaron el país entre 1962 y 2011, cuando se inició la transición. Además, Suu Kyi vuelve más de una década después a estar entre rejas.

Los militares dan un golpe militar en Myanmar. Foto: EFE

Euskaraz irakurri: Diktadura itzuli da Myanmarrera, demokraziarako trantsizioak porrot egin ostean

El golpe de estado dado por el Ejército en Myanmar ha abortado la transición iniciada en el país en 2011 tras un largo periodo de dictadura militar (1962-2011). La armada ha tomado el poder, ha detenido a varios miembros del Gobierno y a su líder y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, y ha declarado el estado de emergencia durante un año.

La junta militar, rebautizada como Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo en la década de los noventa, estableció un férreo régimen represivo que se cebó especialmente contra la oposición política, encarnada por Suu Kyi.

La líder de la Liga Nacional para la Democracia, Suu Kyi, fue detenida por primera vez en 1989, y estuvo enclaustrada en su vivienda de Rangún gran parte de las dos décadas siguientes. La junta militar le concedió la libertad en noviembre de 2010, seis días después de unas inéditas elecciones parlamentarias.

Al año siguiente, en 2011, el Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo quedó disuelto oficialmente y dio paso a un gobierno civil liderado por el general retirado Thein Sein. El pasado militar se hizo palpable en la composición de este nuevo Gobierno, pero se sentaron las bases de un tímido aperturismo que culminaría con nuevas elecciones generales en 2015.

Entonces, la Liga Nacional para la Democracia hizo su valer su popularidad con una mayoría absoluta que sentó las bases de los años posteriores. La Constitución, sin embargo, prohíbe ser presidente a quienes no tengan la nacionalidad birmana o estén o hayan estado casados con ciudadanos extranjeros, como era el caso de Suu Kyi.

La premio Nobel asumió este límite, pero el Parlamento avaló la creación de un cargo a su medida, el de consejera de Estado, y Suu Kyi se ha mantenido durante estos últimos años como líder 'de facto' del Gobierno.

Sin embargo, las Fuerzas Armadas seguían teniendo un amplio margen de actuación y la actividad de grupos armados en ciertas zonas ponía en duda los acuerdos de paz suscritos años atrás y la capacidad de las nuevas autoridades para responder a los desafíos.

El punto de inflexión, sin embargo, llegó en agosto de 2017. Una serie de atentados desencadenó en el estado de Rajine una violenta ola represiva por parte de las Fuerzas Armadas, con los rohingyas como principal objetivo. Esta minoría musulmana, marginada históricamente hasta el punto de no tener derecho siquiera a la nacionalidad, se convertía de nuevo en objetivo.

El Gobierno y las Fuerzas Armadas se esforzaron por defenderse frente a cualquier crítica, al mismo tiempo en el que Suu Kyi perdía su aura de mito y pasaba a convertirse en objetivo recurrente de críticas.

Así llegaron las elecciones parlamentarias de noviembre de 2020, en las que de nuevo la Liga Nacional para la Democracia logró una holgada victoria frente al Partido de la Unión, Solidaridad y Desarrollo, bastión político de los militares.

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