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Lula da Silva, la nostalgia por bandera

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Nacido en el municipio brasileño de Caetés, sus orígenes humildes y obreros lo convirtieron en su día en un fenómeno de masas. Tras varios escándalos de corrupción que se destaparon en su gestión, vuelve a la presidencia de Brasil por tercera vez.

El exmandatario brasileño saluda a su llegada a un colegio electoral. Foto: EFE

Euskaraz irakurri: Lula da Silva, nostalgia abiapuntu

Luiz Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores) tiene 76 años y, veinte después de que ganase sus primeras elecciones, volverá a ser presidente de Brasil, por tercera vez, tras desbancar a Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales celebradas el 30 de octubre.

Lula venció en la primera vuelta y partía como favorito para la segunda. Sin embargo los resultados electorales muestran una clara división del electorado, ya que, el progresista ha logrado el apoyo del 50,83 % (59 596 247 votos) mientras que el ultraderechista Bolsonaro ha logrado el 49,17 % de los votos (57 647 404 votos). 

En su primer discurso tras ganar la segunda vuelta, Lula da Silva ha enfatizado que "no existen dos Brasiles" y ha prometido que gobernará para todos los brasileños y no solo para los que votaron por él.

Nacido en el municipio brasileño de Caetés, sus orígenes humildes y obreros lo convirtieron en su día en un fenómeno de masas. Siendo un niño, Lula huyó del hambre con su familia del empobrecido noreste de Brasil para buscar empleo en Sao Paulo, la región más industrializada del país, donde edificó su carrera sindical y política, sin pasar por la universidad. Llevó la revolución socialista al Gobierno de Brasil por primera vez, y se mantuvo en el poder ocho años, del 2003 al 2010.

"No desista nunca", es un consejo que está siempre en la boca de este incombustible político, que dice haber sobrevivido a la miseria de su infancia y luego se fraguó en el sindicalismo, enfrentó a la dictadura militar, fundó el Partido de los Trabajadores (PT) y se convirtió en el líder más popular del país.

Tres décadas después, Lula se apoya hoy en una decena de partidos progresistas de tendencia diversa y, para hacer frente al presidente Jair Bolsonaro, incluso se ha abrazado a antiguos adversarios, como el conservador Geraldo Alckmin, su candidato a vicepresidente.

Resurrección política

Los sucesivos escándalos de corrupción que se destaparon en su gestión y en la de su sucesora tras su retirada, Dilma Rousseff, causaron un paulatino desgaste en su imagen.

Lula llegó a ser condenado dos veces por esos escándalos, y pasó un año y medio en prisión, lo que le impidió ser candidato en las elecciones de 2018.

Un año después, el Tribunal Supremo anuló esas dos causas por errores e irregularidades procesales, devolviendo a Lula su libertad y sus derechos políticos.

Desde entonces, ha tratado de limpiar su nombre y de defender que el motivo de sus condenas fue puramente político, para permitir el triunfo electoral de Bolsonaro.

Después de haber enviudado dos veces, se casó por tercera vez con Rosangela Janja Silva, de 55 años. Janja es militante del PT y se casaron en mayo pasado, tras un noviazgo que comenzó cuando ella lo visitaba en la cárcel.