Ucrania, un año en guerra
La guerra de Ucrania cumple un año entre sospechas de una inminente gran ofensiva rusa
EITB Media
Putin lanzó su invasión como una guerra relámpago que un año después no tiene aún visos de tener un fin cercano.
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Euskaraz irakurri: Inbasioak urtea bete du, Errusiaren erasoaldi handi baten susmoen artean
La invasión rusa de Ucrania cumple este viernes, 24 de febrero, su primer aniversario con el epicentro de las batallas situado en la región de Donetsk y entre sospechas de una inminente nueva gran ofensiva de Rusia.
Mientras tanto, las Fuerzas Armadas ucranianas han logrado durante los últimos meses recuperar territorios en varias regiones en el este y el sur del país y se encuentra a la espera de recibir los tanques Leopard de sus aliados.
Desde el comienzo de la contienda han fallecido más de 8.000 civiles en Ucrania, según la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, que señala también unos 13.287 heridos entre la población.
Vídeo: Ane Irazabal informa la noche del 23/02/2022 sobre las sospechas de un inicio inminente de la invasión rusa. Estas sospechas se hicieron realidad tan solo horas después, el día 24 por la mañana
La ofensiva, que recibió el nombre de "operación militar especial" por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, fue planificada como una guerra relámpago que tenía como objetivo tomar la totalidad del Donbás y avanzar hacia la capital, Kiev, en unos pocos días para sacar del poder al mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski.
Sin embargo, la respuesta militar de Ucrania y el apoyo entregado a Kiev por parte de sus aliados occidentales ha frustrado las expectativas de la cúpula rusa, que ha visto cómo su Ejército ha sufrido grandes bajas y ha dependido en gran medida de una estrategia de bombardeos y ataques con artillería a gran escala ante la falta de progresos sobre el terreno.
La invasión arrancó con una ofensiva a gran escala por tierra, mar y aire en la que fueron atacadas más de una decena de ciudades, incluidos los alrededores de Kiev, con un desembarco en la ciudad de Odesa y con las tropas rusas cruzando la frontera a través de varios puntos.
En el marco de las primeras horas de la invasión, las tropas rusas tomaron la central nuclear de Chernóbil, al tiempo que las fuerzas desplegadas en la península de Crimea --anexionada en 2014-- penetraron en territorio ucraniano desde el sur. Los últimos días de febrero de 2022 vieron cómo las fuerzas de Rusia centraron su atención en los alrededores de Kiev, lo que llevó a las autoridades de Ucrania a pedir a los ciudadanos que se armaran para combatir a "los ocupantes".
Así, las tropas rusas lograron hacerse con territorios en el sur, en las regiones de Jersón y Melitópol, así como en Járkov, Chernígov y la región de Kiev, al tiempo que se registraron avances en la zona del Donbás. Sin embargo, estos avances se vieron ralentizados por la resistencia de las Fuerzas Armadas ucranianas, reforzadas por los decretos de movilización firmados por Zelenski.
El Ejército de Ucrania comenzó a apilar una serie de avances territoriales a partir de julio aprovechando la concentración de fuerzas rusas en el Donbás, recapturando áreas a través de ofensivas en varios frentes al este del río Dnipro. Los avances permitieron a las tropas ucranianas alejar a Rusia de Mikolaiv y empujar a las tropas de Moscú hacia Jersón, al tiempo que lograron liberar diversos territorios en la región de Járkov.
Si bien la situación se mantuvo en estas dinámicas durante el verano, septiembre supuso la materialización del colapso de la línea de frente rusa a causa de una ofensiva sorpresa que llevó a Rusia a retirarse de la ciudad de Izium, recuperada el 10 de septiembre por Ucrania, que extendió así su autoridad en la práctica totalidad de la región de Járkov.
Por su parte, Putin respondió con una "movilización parcial" para compensar las pérdidas en el campo de batalla y la anexión las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.
A pesar de ello, las tropas ucranianas tomaron el 1 de octubre la ciudad de Liman, de importancia estratégica, y aceleraron sus avances en el sur del país, una contraofensiva en dos frentes que alivió la presión rusa sobre estas zonas del país.
A estos varapalos se sumó el anuncio por parte de Rusia sobre su retirada a la orilla izquierda del río Dnipro en Jersón, lo que permitió a Ucrania recuperar parte de la ciudad, que había sido un punto clave de los esfuerzos rusos por unir la costa sur del país.
Con la llegada del invierno, las líneas de frente permanecieron relativamente estáticas, en una guerra de trincheras que ha llevado a los expertos a trazar paralelismos con la Primera Guerra Mundial.
Sin embargo, durante las últimas semanas Rusia ha obtenido avances, incluida la toma en enero la ciudad de Soledar y una aproximación a Bajmut.
La ofensiva, respaldada por mercenarios del Grupo Wagner, ha provocado que Ucrania haya ordenado la evacuación inmediata de Bajmut, en medio además de temores sobre una nueva ofensiva a gran escala por parte de Rusia coincidiendo con el primer aniversario de la guerra.