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Crisis energética

Ecuador declara el estado de excepción durante 60 días por la emergencia en el sector eléctrico

agencias | eitb media

Las fuerzas de seguridad se harán con el control de las infraestructuras energéticas para evitar los "sabotajes" que denuncia el Gobierno. Zonas del país sufren apagones de hasta 8 horas.

Vela en la oscuridad durante un apagón en Quito. Foto: EFE

Euskaraz irakurri: Ekuadorrek salbuespen egoera ezarri du 60 egunerako sektore elektrikoaren krisiagatik

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha decretado este viernes el estado de excepción por la situación de emergencia que atraviesa el sector eléctrico del país en medio de los prolongados cortes de luz a escala nacional y de las acusaciones de "sabotaje" lanzadas por el Gobierno, que este domingo somete a consulta popular cuestiones de seguridad y la reforma constitucional.

La medida se ha tomado en base al Decreto Ejecutivo 229 y estará vigente durante 60 días. Este es el tiempo estimado para superar la crisis energética y "hacer frente al déficit energético y garantizar el suministro del servicio de electricidad en el presente, propendiendo a una estabilización en un futuro inmediato".
   
Durante el estado de excepción, la infraestructura energética del país será custodiada por militares y policías a fin de evitar sabotajes, tal y como estipula el mencionado decreto. Así, "para prevenir sabotajes, ataques terroristas u otras amenazas que puedan afectar su funcionamiento", se movilizarán efectivos de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas en todo el país.

La principal diferencia con respecto a ocasiones anteriores es que el nuevo estado de excepción no traerá consigo la imposición de toques de queda.

Los recursos necesarios para hacer frente a la emergencia se asignarán desde el Ministerio de Economía y Finanzas, sin afectar los fondos correspondientes a los sectores de salud y educación, ha matizado el mismo medio.

Desde el domingo pasado Ecuador sufre apagones diarios en diferentes zonas de hasta ocho horas de duración, al haberse quedado sin el nivel suficiente de agua el embalse de Mazar, el segundo más grande del país, que permite operar un complejo de tres centrales hidroeléctricas con una potencia 1.757 megavatios, equivalente a alrededor de un tercio de la demanda nacional.

A ello se suma el corte del suministro de electricidad procedente de Colombia, que también afronta una situación de gran sequía que no le permite generar excedentes de electricidad para exportar a Ecuador.

Aunque en un primer momento se apuntó a cuestiones climáticas (escasez de agua en los embalses, excesivo calor y fallos en las centrales energéticas) las autoridades han apuntado después a un posible sabotaje.

La situación es tal que el presidente solicitó a principios de semana la dimisión de la ministra de Energía, Andrea Arrobo; declaró el estado de emergencia en el sistema energético y puso en marcha una investigación para determinar lo ocurrido. Los primeros resultados de las pesquisas apuntan a que Arrobo y otra veintena de sospechosos habrían ocultado información relevante sobre la situación energética.