Estados Unidos
El Servicio Secreto reconoce que el atentado contra Trump "es el mayor fallo operativo en décadas"
EITB Media
En una audiencia ante un comité de la Cámara de Representantes, su directora, Kimberly Cheatle, ha asumido "la responsabilidad completa" del lapso en "seguridad" de su agencia.
Euskaraz irakurri: Zerbitzu Sekretuak onartu du Trumpen aurkako erasoa "hamarkadetan egindako akatsik handiena" izan dela
La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, ha reconocido este lunes ante el Congreso que el intento de asesinato al expresidente Donald Trump supuso el "mayor fallo operativo" de la agencia "en décadas".
En una audiencia ante un comité de la Cámara de Representantes, Cheatle ha asumido "la responsabilidad completa" del lapso en "seguridad" de su agencia y ha asegurado que están cooperando con las investigaciones en curso sobre el atentado.
"El intento de asesinato del expresidente Donald Trump el 13 de julio es el mayor fallo operativo del Servicio Secreto en décadas", ha dicho Cheatle en sus declaraciones iniciales ante el comité, al que había sido citada por los republicanos que controlan la Cámara Baja. La oposición republicana ha pedido la renuncia de Cheatle, al frente de la agencia encargada de la seguridad de Trump.
Durante la audiencia, los republicanos han protestado por la negativa de Cheatle a responder a la mayoría de sus preguntas alegando que hay varias investigaciones en curso con las que el Servicio Secreto está colaborando para esclarecer qué falló la operación.
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, ya admitió que el ataque fue un "fallo" de seguridad. "Cuando digo que algo así no puede suceder, estamos hablando de un fallo", afirmó.
Trump fue herido de bala en una oreja mientras participaba en un mitin en Butler (Pensilvania) el 13 de julio por un tirador que había trepado a un tejado a unos 140 metros del expresidente, aunque fuera del perímetro de seguridad.
Testigos habían alertado desde dos minutos antes de los disparos de la sospechosa presencia del tirador, un joven de 20 años cuyos motivos aún se desconocen, que agentes del Servicio Secreto mataron a tiros.