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Juicio en Francia

La víctima de una década de violaciones organizadas por su marido relata ante el tribunal la "barbarie"

Redacción | EITB Media

Un tribunal de Aviñón juzga los hechos ocurridos en la vivienda familiar de Mazan, por donde habrían desfilado hombres invitados por Dominique Pélicot para que pudiesen violar a su propia mujer.

Gisèle Pélicot acude al juicio. Imagen: EFE

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Gisèle Pélicot, la mujer francesa víctima durante una década de las violaciones organizadas por su propio marido, ha relatado ante el tribunal que juzga a sus abusadores cómo se enteró por boca de la Policía de la sumisión química a la que era sometida, que daba pie a "escenas de barbarie" en los que ella era "una muñeca de trapo, una bolsa de basura" a merced de medio centenar de hombres.

Un tribunal de Aviñón juzga los hechos ocurridos en la vivienda familiar de Mazan, por donde habrían desfilado hombres invitados por Dominique Pélicot para que pudiesen violar a su propia mujer. Un total de 51 hombres se sientan en el banquillo; 35 han reconocido haber mantenido relaciones pero con el matiz de que no entendían que fuese un abuso no consentido. Sólo tres han pedido disculpas.

La Fiscalía ha dado cuenta de al menos 92 violaciones durante diez años, aunque para la víctima durante años toda sospecha se limitó a lagunas temporales en su memoria.

Fue la policía la que la citó en la comisaría y la alertó de la situación. "Te vamos a enseñar cosas que no te van a gustar", cuenta que le dijo entonces el comisario. Le mostró una imagen de una mujer violada por un hombre, aunque no reconoció a ninguna de las dos personas. Ante la insistencia, terminó identificándose como la mujer inerte que aparecía en la fotografía.

"Son escenas de barbarie", ha explicado Gisela, al relatar el inicio de un "trauma inmenso" en el que inicialmente sólo quería "desaparecer". De hecho, ha admitido que pensó en quitarse la vida, pero que se acordó de sus tres hijos y de sus nietos para seguir adelante.

Gisèle no había visto los vídeos de los abusos hasta este mes de mayo, cuando comenzó a preparar el juicio, y ha podido ver por primera vez "escenas de violación insoportables", ante las que ella simplemente está "anestesiada". "Fui sacrificada en el altar del vicio", ha lamentado. "Estoy como muerta", ha dicho. También se ha referido a los hombres que la violaron. "No se plantearon en ningún momento su posible sufrimiento: "Me ven como una muñeca de trapo, como una bolsa de basura", ha dihco.

Gisèle ha afirmado que no testifica por sus propios intereses, sino para ayudar a otras mujeres que puedan ser víctimas de sumisión química.