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Documentación

El juicio del caso Bateragune

DAVID PÉREZ

Los ocho imputados negaron pertenecer a Bateragune, un órgano que describieron como "estructura interna de Ekin", y rechazaron el uso de la violencia.

Rafa Díez y Arnaldo Otegi. EFE.

Ocho dirigentes de la izquierda abertzale, entre ellos Arnaldo Otegi y Rafa Díez, han sido juzgados en la Audiencia Nacional en el marco del caso Bateragune por integración en organización terrorista, acusados de intentar reconstruir la ilegalizada Batasuna y de formar una "alianza independentista" por orden de ETA.

Los ocho procesados son el exportavoz de Batasuna Arnaldo Otegi; el ex secretario general de LAB Rafa Díez Usabiaga; la extesorera de EHAK Sonia Jacinto; Miren Zabaleta, hija del coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta; Arkaitz Rodríguez (juzgado y absuelto en 2006 de pertenecer a los aparatos de captación e información de ETA); Txelui Moreno, cara visible de la izquierda abertzale durante los últimos años; el exjefe de Comunicación de Batasuna Mañel Serra y Amaia Esnal.

En el momento del juicio, solo Otegi, Zabaleta, Rodríguez y Jacinto se encontraban en prisión provisional, ya que Díez Usabiaga fue puesto en libertad para cuidar a su madre; mientras que Moreno, Serra y Esnal quedaron en libertad bajo fianza de 10.000 euros.

Detenciones

Las ocho personas que han sido juzgadas fueron detenidas el 13 de octubre de 2009 en la sede del sindicato LAB de Donostia-Sebastián.

En la misma operación fueron arrestados también el histórico dirigente abertzale Rufi Etxeberria y Ainara Oiz, aunque fueron puestos en libertad tras prestar declaración. Ambos declararon en calidad de testigos durante el juicio.

La causa fue instruida por el juez Baltasar Garzón.

Petición de penas

En la última sesión del juicio, la Fiscalía de la Audiencia Nacional mantuvo su petición de 10 años de cárcel para Otegi y Díez; rebajó su petición para otros tres acusados (de 10 a 9 años para Zabaleta y de 10 a 8 años para Rodríguez y Jacinto) y retiró la acusación contra Moreno, Esnal y Serra.

Por su parte, la acusación popular, ejercida por la asociación Voces contra el Terrorismo-Verde Esperanza, mantuvo su petición de 14 años contra todos los procesados; mientras que las defensas solicitaron la libre absolución.

El juicio

Durante el juicio celebrado en la Audiencia Nacional, los imputados trataron de escenificar su ruptura con ETA, rechazaron el uso de la violencia y negaron pertenecer a Bateragune, que describieron como una "estructura interna de Ekin".

En ese sentido, Otegi afirmó en su turno de última palabra que a la izquierda abertzale la violencia de ETA "le sobra y estorba" y defendió "el cese definitivo de la violencia armada y el desmantelamiento de la estructura militar".

Por su parte, Rafa Díez  aseguró que su objetivo y el de los otros siete acusados era "abrir el melón" del debate sobre el fin de la violencia en el seno de la izquierda abertzale.

Según explicó, actuaron "de forma autónoma" y "sin tutelaje alguno" (en referencia a la organización terrorista ETA). "Nos llamaban el grupo de Otegi", añadió Arkaitz Rodríguez.

Por su parte, la Fiscalía alegó que los ocho imputados actuaron "de forma organizada y en conexión con ETA".

Un perito policial manifestó que ETA creó Bateragune al detectar "desviaciones" en el desarrollo de su estrategia política que buscaban "una izquierda abertzale sin ETA".

Sentencia

Tres meses después del juicio, la Audiencia Nacional condena a Otegi y Díez a 10 años de cárcel, acusados de integración en ETA en calidad de dirigentes por intentar reconstruir la ilegalizada Batasuna. Los jueces consideran que en el año 2008 ETA ordenó a ambos dirigentes la creación de un órgano que actuara como su "brazo político".

En la sentencia, la sección cuarta de la Sala de lo Penal también condena a 8 años de cárcel a Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto. Además, absuelve a los otros tres procesados, Txelui Moreno, Amaia Esnal y Mañel Serra, para quienes la Fiscalía retiró la acusación durante el juicio.