Presos de ETA
El Gobierno Vasco y una víctima piden citas con presos arrepentidos
Redacción
El Gobierno del PP suspendió las reuniones entre víctimas de ETA y presos arrepentidos de la llamada 'vía Nanclares'. Txema Urquijo y el hijo de un asesinado por los CAA han pedido hoy que sigan.
El asesor de la Dirección de Víctimas del Gobierno Vasco, Txema Urquijo, e Iñaki García Arrizabalaga, cuyo padre fue asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, han pedido hoy que sigan las reuniones entre víctimas de ETA y presos arrepentidos de la llamada 'vía Nanclares', suspendidas por el Gobierno del PP.
Urquijo y García Arrizabalaga, hijo de Manuel García Cordero, delegado de Telefónica en Gipuzkoa asesinado en 1980 por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, han contado hoy en un seminario la experiencia de los encuentros de víctimas con exmiembros de ETA encarcelados en Nanclares, que se desarrollaron en 2011 y cesaron tras la llegada del PP al Gobierno.
Urquijo ha desvelado que a estas jornadas estaba invitado por la organización, el centro de mediación Bakeola, uno de estos presos de Nanclares, pero el Gobierno central ha denegado el permiso penitenciario para que acuda, cosa que Uquijo ha lamentado "porque hurta a los asistentes de un testimonio que es relevante para mejorar la convivencia".
Reuniones entre víctimas y miembros de ETA
García Arrizabalaga se reunió el 25 de mayo de 2011 con un miembro de ETA preso en Vitoria aunque no perteneciente al comando que asesinó a su padre.
"Los de ese comando nunca han sido juzgados y ninguno ha hecho el mínimo gesto de acercamiento a mi familia. Si hicieran algún gesto de arrepentimiento, incluso tendría ganas de entrevistarme con ellos, para preguntarles, por ejemplo, por qué encadenaron a mi padre a un árbol", ha recordado con dolor.
Hoy ha rememorado la cita con el miembro de ETA de la 'vía Nanclares': "Yo le esperaba en una sala muy pequeña, me levanté, nos dimos la mano. Estuvimos los dos solos, una hora y cuarenta y tres minutos. Al empezar, este hombre no me miraba a los ojos. Hasta que se lo dije; ya empezó a levantar la cabeza y me miraba, hablamos de un montón de cosas", ha rememorado.
García Arrizabalaga quería que su interlocutor "conociera con pelos y señales" lo que su familia y él pasaron "de primera mano": "Se lo conté, porque yo sabía que nadie se lo había contado. Su comentario final fue ¡joder qué duro, que historia más dura!", ha reproducido.
Al recordar lo que ocurrió en los últimos cinco minutos de la conversación, García Arrizabalaga ha afirmado: "Me pidió perdón por todo lo que habíamos pasado mi familia y yo. Me impresionó profundamente, porque era la primera vez que alguien me pedía perdón. No era del comando directo que asesinó a mi padre, pero me impresionó y por supuesto, lo acepté, y le pedí que se lo pidiera a sus víctimas directas".
García Arrizabalaga ha abogado por que puedan continuar estas reuniones: "Sé que el tema está parado por una voluntad política clara, y eso es criticable. Sirvió de mucho más de lo que nos imaginamos, y es incomprensible que las puertas estén cerradas".
"Me consta que hay más víctimas dispuestas a participar en esto, porque se han dirigido a mí para preguntarme. Creo que el mundo (de las víctimas) que se ve como monolítico no lo es tanto", ha apostillado.
También Urquijo ha desvelado que tuvieron llamadas de víctimas de fuera de Euskadi interesándose por el procedimiento y recientemente en un taller en San Sebastián varias le manifestaron su disposición a participar si algún día los encuentros se reanudasen.