Desarme de ETA
Gobierno español: 'Es una operación para disimular la derrota de ETA'
Agencias | Redacción
El Ejecutivo ha rehusado hacer ninguna valoración sobre el armamento entregado por ETA y sobre su integridad hasta que este haya sido analizado por las autoridades y la justicia francesa.
Euskaraz irakurri: Espainiako Gobernua: 'ETAren porrota disimulatzeko operazioa da'
El Gobierno español interpreta el desarme llevado a cabo por ETA como una "operación mediática para disimular su derrota" e "intentar sacar un rédito político de la misma".
El Ejecutivo, en un comunicado, ha rehusado hacer ninguna valoración sobre el armamento entregado este sábado por ETA y sobre su integridad hasta que este haya sido analizado por las autoridades y la justicia francesa, de acuerdo con la legalidad vigente.
Y, como han subrayado sus miembros desde que se anunciara el desarme, ha reiterado que los miembros de ETA no pueden esperar ningún trato de favor del Gobierno y "mucho menos impunidad a sus delitos".
El Gobierno ha manifestado que la organización está "operativamente derrotada, sin futuro y con sus dirigentes en prisión".
"La única respuesta lógica a esta situación es anunciar su disolución definitiva, pedir perdón a sus víctimas y desaparecer, en vez de montar operaciones mediáticas para disimular su derrota e intentar sacar un rédito político de la misma", ha añadido.
Calibración del desarme
El Ministerio del Interior calibrará el alcance del desarme de ETA en si entre las 120 armas entregadas aparece la que se utilizó para asesinar a la última de sus más de 800 víctimas mortales, el brigadier francés Jean Serge Nerin, han explicado fuentes de la lucha antiterrorista. También utilizarán como elemento de análisis la recuperación de todo o parte del lote de pistolas robadas en Vauvert en octubre de 2006.
Nerin fue asesinado el 16 de marzo de 2010 tras el robo a mano armada de varios miembros de ETA en un concesionario de coches ubicado a las afueras de la localidad francesa de Dammarie-les-Lys. El 2 de diciembre de 2015, la justicia gala condenó a cadena perpetua por este crimen a Mikel Kabikoitz, alias 'Ata', el considerado como último jefe 'militar' de ETA con jerarquía dentro de la organización.