Juicio del 'procés'
Los Mossos pidieron a Puigdemont que desconvocara el referéndum
AGENCIAS | REDACCIÓN
Emili Quevedo, responsable del diseño del operativo de los Mossos para el 1-O, ha señalado que eran conscientes de no podrían evitar la celebración del referéndum.
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Los Mossos advirtieron en dos ocasiones al expresident Carles Puigdemont de que desconvocara el referéndum ante posibles enfrentamientos por "el clima de tensión" en Cataluña, pero este se negó alegando que debía cumplir el mandato popular, mientras que Oriol Junqueras les aseguró que "no habría ningún tipo de resistencia".
Emili Quevedo, máximo responsable del diseño del operativo de los Mossos para el 1-O, ha comparecido ante el tribunal para corroborar el testimonio de Manel Castellví, otro alto mando de la Policía catalana, a la hora de incriminar directamente a Puigdemont como el responsable de seguir adelante con el referéndum, desoyendo las advertencias de "problemas de seguridad" para aquella jornada.
Lo hicieron en sendas reuniones el 26 y 28 de agosto de 2017 en las que "obviamente" los Mossos les trasladaron la posibilidad de "choques" y "enfrentamientos" entre los concentrados y las fuerzas de seguridad del Estado haciendo constar en varias ocasiones que su prioridad era cumplir la orden judicial de impedir el referéndum.
Pero la respuesta de Puigdemont, cuya presencia en esos encuentros dejaba ver "eran reuniones casi sin precedentes", fue tajante: "Dijo que el Govern tenía un mandato que cumplir y que lo iban a cumplir y llevar adelante porque había sido avalado por los resultados electorales".
En aquellas citas, Forn calló y Junqueras, que solo estuvo en la del 28, "dijo que no habría ningún tipo de resistencia" y que "cuando los agentes intervinieran, la gente iba a dejar que pacíficamente los cuerpos policiales actuaran" para cumplir con el mandato judicial de cerrar colegios y requisar las urnas.
"Es obvio que ellos conocían que una cosa y otra era incompatible", ha añadido Quevedo, quien ha revelado que la policía catalana era consciente de que había "una posibilidad real" de no poder impedir el 1-O.
Y es por ese motivo, ha destacado, que era "muy importante" contar con el apoyo de los 6.000 policías y guardias civiles destinados el 1-O ante la necesidad de que los agentes tuviesen "una mínima capacidad disuasoria".
El dispositivo de los Mossos, según ha precisado Quevedo, buscaba tener "cuanto menos presencia policial", con "al menos dos o tres uniformados", pero en "todos y cada uno de los centros".
Quevedo ha señalado que en los días previos al 1-O, los Mossos calcularon que se necesitarían "entre 30.000 y 40.000" agentes para impedir el referéndum.
Pero que al final, se destinaron 7.850 frente a los "entre 2.500 y 3.500" que se destinan "de forma específica" en una jornada electoral, pues sabían que el 1 de octubre no podían actuar "como en cualquier otra jornada electoral normal" porque era "una actividad política que había sido prohibida".
Unipost recogió las cartas del 1-O un sábado, en un polígono y sin albarán
En la sesión de este lunes también ha declarado como testigo el que fuera director de Producción de Unipost Francisco Juan Fuentes.
Según ha explicado, acudió un sábado de septiembre a un polígono de Barcelona a un encuentro con unos "transportistas" que le entregaron tres palés con más de 40.000 certificados de miembros de mesas de votación para el 1-O con el logotipo de la Generalitat y sin albarán.
No era "habitual", según ha recalcado, que él mismo cogiese una furgoneta un sábado para una entrega, pero "venía de parte de la Generalitat" y la empresa, en aquel momento ya en concurso de acreedores, no estaba en "disposición de decirle a un cliente con ese volumen de facturación, que le pide por favor", que no le atienden.
Por eso y ante la falta de tiempo de buscar a un subordinado o pedir autorización para que entrase el vehículo con el material postal a la empresa, él mismo acudió el 16 de septiembre al punto de encuentro, un polígono, cerca de un bar.
Lo hizo ante la insistencia de su interlocutor, al que se ha referido como Toni -que la Fiscalía cree que es Antoni Molons, exsecretario de Difusión de la Generalitat y ahora secretario de Comunicación del Govern, imputado en un juzgado de Barcelona por malversación y presunto desvío de fondos para el 1-O-, que le llamó "insistiendo que ya tenía los envíos" y le pidió si se podían empezar a repartir el 18 de septiembre.
No fue la única vez que se puso en contacto con él, según el testigo. Le llamó dos o tres veces, se identificó como alguien de la Generalitat y le transmitió "las instrucciones de que el cliente quería repartir lo antes posible y acabar lo antes posible".
"Ese tal Toni me avisó, me llamó y me dijo que iban a entregar esa remesa. Él me dijo que me llamaba de parte de la Generalitat", ha explicado Fuentes.
El 18 por la tarde, le volvió a llamar: "Me dice que la remesa no se iba a repartir y que vendrían a recogerla. El martes 19 por la mañana, interviene la Guardia Civil.