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Irregularidades

Una veintena de personas se vacunaron irregularmente en el hospital de Santa Marina

AGENCIAS | EITB MEDIA

Además de su gerente, José Luis Sabas, en Santa Marina también se vacunaron cuando no les correspondía otros directivos y 16 personas ajenas al centro, entre ellas cuatro repesentantes sindicales.

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La investigación del departamento de Salud sobre el escándalo de las vacunaciones irregulares de los gerentes de los hospitales de Basurto, Eduardo Maiz, y Santa Marina, José Luis Sabas, ha concluido que al menos una veintena de personas recibieron la vacuna contra la covid-19 cuando no les correspondía.

La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha achacado a un "error" fruto de la "descoordinación" la vacunación "masiva" en el Hospital de Santa Marina, donde además de a su director, se administraron dosis a 16 personas ajenas al centro, como sindicalistas, religiosos, trabajadores de la cafetería, de una empresa de vending y de otra de mensajería.

Sagardui ha comparecido este tarde en comisión parlamentaria para informar sobre el cese de los directores de los hospitales de Basurto y Santa Marina por haberse vacunado fuera del protocolo sin que Osakidetza tuviera conocimiento de ello.

Durante la sesión, EH Bildu ha pedido a Sagardui que reflexione sobre su capacidad para seguir en el cargo, el PP cree que no puede continuar y Vox ha pedido su dimisión, mientras que los grupos del Gobierno (PNV y PSE) han respaldado la gestión de la titular de Salud.

La consejera ha defendido la organización de la vacunación en Euskadi, donde se han administrado 51.945 dosis (11.360 de ellas a personal sanitario) y salvo "en muy pocos casos" se ha cumplido el protocolo, aunque su Departamento estará "atento" por si, al margen de las irregularidades detectadas hasta ahora, se producen otras actuaciones "inadecuadas".

En el caso de Santa Marina, el día 19 de enero el gerente envió un mensaje a la directora general de Osakidetza, Rosa Pérez, y a la propia Sagardui para informar de que se había "culminado" la vacunación tras inocular dosis a 550 personas, incluido él mismo.

Esa cifra sorprendió a ambas, que pensaron que "tenía que haberse producido un error de planificación" porque la campaña acababa de empezar "y no era normal administrar tantas dosis" y además hay un protocolo para vacunar al personal sanitario de manera escalonada y existe una instrucción para no vacunar a más del 50 % de la plantilla para evitar que una reacción adversa afecte al servicio.

"La vacunación masiva en Santa Marina fue un error, una descoordinación de la que nos sentimos responsables en el Departamento y en Osakidetza, yo la primera. Desde uno y otro lado estábamos hablando de cosas diferentes", ha dicho la consejera.

Esa descoordinación, ha añadido, se vio favorecida porque este hospital "no depende de ninguna OSI, con quienes se había articulado la coordinación de la vacunación", lo que permitió que ese exceso de dosis para Santa Marina no se detectara.

Sagardui ha reconocido que por las especiales características de este centro (muchos pacientes covid y otros tantos muy vulnerables) se acordó vacunar a todos los trabajadores que tenían contacto con las personas ingresadas, pero siempre "siguiendo el protocolo y nunca a toda la plantilla de una vez".

La consejera ha criticado además la "distorsión" del proceso de vacunación que supone que además de Sabas -que no tiene contacto con pacientes- se vacunara a varios directivos y a 16 personas ajenas al centro: cuatro representantes sindicales, 4 personas de servicios religiosos, 4 trabajadores de la empresa de la cafetería, 2 empleados de la empresa de vending y otros 2 de una compañía de mensajería.

Ese "mal uso de parte de las dosis recibidas, unida a lo poco ejemplar que resulta que los altos cargos utilicen vacunas destinadas a personas vulnerables o expuestas", motivó que Osakidetza pidiera la dimisión de Sabas, que este se avino a presentar porque según dijo en su momento le habían amenazado con cesar a todo su equipo directivo.

Sabas también aseguró que los responsables de Osakidetza sabían que toda la plantilla de Santa Marina iba a vacunarse. Este extremo ha vuelto a ser negado hoy por la consejera, que ha recalcado que se siente responsable de la descoordinación, pero no del mal uso de viales.

VÍDEO | Las vacunaciones irregulares detectadas en el hospital de Santa Marina

Hospital de Basurto

En el caso del Hospital de Basurto, Sagardui ha relatado que Maiz y tres jefes de servicio se vacunaron el 3 de enero aprovechando viales sobrantes de un centro de mayores -que también sirvieron para inmunizar a varias personas ingresadas- pero no dejaron constancia oficial de ello.

Sagardui ha subrayado que para entonces "eran conocidos" los criterios de prioridad para vacunar: primero usuarios de residencias, segundo el personal que los atiende y tercero trabajadores sanitarios de atención directa a personas con covid.

El 19 de enero la dirección de Osakidetza se enteró de lo ocurrido a raíz de una denuncia del sindicato ELA y, tras estudiar el caso, llegó a una triple conclusión: que habría sido más adecuado ofrecer la vacuna al personal de la uci o de urgencias; que hay jefes de servicio con más contacto con pacientes que los tres inoculados y que el gerente no tiene ninguno.

Por este motivo Maiz fue cesado después de negarse a dimitir y se ha abierto un expediente informativo para saber por qué no se registraron esas cuatro vacunas.

VÍDEO | Las vacunaciones irregulares detectadas en el hospital de Basurto

VÍDEO | La oposición pide a Sagardui que asuma su responsabilidad

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