Indemnización de 10.000 euros
Calparsoro demanda al presidente de La Rioja por daños contra su honor
Redacción
El fiscal Superior del País Vasco ha denunciado por lo civil a Pedro Sanz por daños contra su honor al atribuirle "una actitud profesional prevaricadora con el propósito de servir a un partido".
El fiscal Superior del País Vasco, Juan Calparsoro, ha presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja una demanda civil contra el presidente riojano, Pedro Sanz, y su consejero de Presidencia y Justicia, Emilio del Río, por daños contra su honor al atribuirle una actitud profesional prevaricadora.
Calparsoro, que fue Fiscal Superior de La Rioja desde 2004 hasta 2010, cuando fue nombrado para el mismo cargo en el País Vasco, exige a los demandados una indemnización solidaria de 10.000 euros por haber "lesionado de manera ilegítima" su honor y "por los daños y perjuicios causados", además del pago de costas.
Los hechos se remontan a la presentación de la Memoria de la Fiscalía de La Rioja de 2010. Aquí se aludía a la actitud "renuente" de la Consejería de Medio Ambiente, cuya titular era entonces Aránzazu Vallejo, a la hora de presentar datos de "posibles delitos sobre la ordenación del territorio" y añadía que era "indudable" que esos datos tenían "una mayor incidencia política pudiendo afectar a cargos públicos".
Fruto de la frustración
A raíz de la difusión de la Memoria, el diario La Rioja publicó el 24 de julio de 2011 una noticia, basada, según la demanda del fiscal, en un comunicado del Ejecutivo regional, en la que se señalaba que el Gobierno apoyaba a la Fiscalía y que las críticas de Calparsoro se debían a su "frustración por no encausar" a ninguno de los consejeros riojanos.
"Demuestra ser su último servicio al PSOE antes de su nombramiento como Fiscal Superior del País Vasco", agregaba el Gobierno en su nota de prensa, que recoge textualmente la demanda, en la que se puntualiza que la noticia se publicó también en la edición digital del periódico.
Calparsoro proclama su derecho al honor y afirma que la última frase es "absolutamente gratuita e innecesaria". Además, califica esta frase de "muy dañina" para su honor profesional, porque le atribuye una actuación profesional "prevaricadora y guiada por el ánimo y propósito de servir a un partido político".