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BIOGRAFÍA

Ardanza, el lehendakari que luchó por la cohesión entre diferentes

Naiara Ballesteros | EITB MEDIA

Nacido el 10 de junio de 1941 en Elorrio, estudió en el Seminario diocesano de Derio y después en el Colegio Jesuíta de Durango. Fue alcalde de Arrasate y diputado general de Gipuzkoa, antes de ser lehendakari.

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Euskaraz irakurri: Ardanza, desberdinen arteko kohesioaren alde borrokatu zen lehendakaria

José Antonio Ardanza Garro ostentó durante 14 años la máxima responsabilidad institucional en Euskadi como lehendakari. Durante ese tiempo su obsesión fue lograr una sociedad vasca cohesionada en la defensa de los principios fundamentales de la democracia y la libertad.

Como lehendakari será recordado por haber liderado el Pacto de Ajuria Enea. En su día aseguró que "sería estúpido si tuviera nostalgia" de un cargo que dejó por voluntad propia, pero lo que más pesó en sus años como lehendakari fueron las "más de trescientas personas que ETA mató" durante su mandato.

"Ser lehendakari es uno de los oficios más difíciles, más complicados y más comprometidos. Eres una especie de faro en medio de la tormenta y todo el mundo tiene derecho a criticarte: todas las olas revientan contra ti" dijo una vez jubilado.

José Antonio Ardanza nació el 10 de junio de 1941 en Elorrio; de niño estudió en el Seminario diocesano de Derio y después en el Colegio Jesuíta de Durango.

Tras casi cuatro legislaturas al mando de Euskadi, en mayo de 1997 anunció su intención de no volverse a presentar al cargo, pero siguió trabajando hasta terminar la legistura e intentó una vez más lograr la la paz en Euskadi. En febrero de 1998 promovió un plan de paz, denominado comúnmente Plan Ardanza, que según sus propias palabras, pretendió ser su "testamento" impulsando un "diálogo sin límites" entre los partidos vascos ajenos a la actividad terrorista. Sin embargo, no se pudo firmar.

Poco antes del fin de su mandato también fue testigo del anuncio de tregua indefinida de ETA como consecuencia del Pacto de Estella el 12 de septiembre de 1998.

Tras catorce años como lehendakari, terminó su etapa entre el cariño y el reconocimiento de la sociedad vasca y de sus propios consejeros. El 2 de enero de 1999, su compañero de partido y hasta entonces vicelendakari, Juan José Ibarretxe, le sucedió al frente del Gobierno Vasco, después de que el PNV hubiera vuelto a ser el partido más votado en las elecciones autonómicas de octubre de 1998.

Una vez retirado de la política, asumió la presidencia de Euskaltel durante 12 años, cargo que abandonó a finales de 2011, año en el que publicó sus memorias bajo el título Pasión por Euskadi.

José Antonio junto a Gloria Urtiaga el día de su boda.

Unas memorias en las que tiene peso propio su mujer, Mari Glori. "Mi mujer ha sido para mi muchas cosas en la vida; ha sido mi novia, mi mujer, mi compañera, mi aliada, y la persona más crítica conmigo", dijo el 17 de diciembre de 2012 en una entrevista en Radio Euskadi.

El 3 de marzo de 2010 sufrió un infarto de miocardio en su domicilio de Gautegiz-Arteaga y fue ingresado en el Hospital de Galdakao. Precisamente Galdakao le dedica un céntrico parque, el Parque Ardanza.

Ya en 2012 el Ejecutivo de Patxi López le concedió 'La Cruz del Árbol de Gernika', máxima distinción que concede el Gobierno Vasco.

En su penúltima entrevista en ETB, en septiembre de 2020, cuando comenzó el mandato del actual Gobierno Vasco, defendió las mayorías absolutas, aunque subrayaba "que todo dependía del talante de quien gobierne, porque si se busca la imposición no será bueno ni para el pueblo, ni para la democracia, ni para nadie". En ese sentido, dijo que sin gobiernos sólidos (con mayoría absoluta) no hubiesen sido posibles el Guggenheim, la autovía de Leitzaran o el Metro en Bilbao, entre otros muchos logros.

Su última entrevista la ofreció el 6 de julio de 2022 en Radio Euskadi, donde recordó los días del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, y lamentó que el entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, no declarara públicamente que era "imposible" atender en 48 horas la exigencia de ETA. A su vez, se preguntó si la reacción del Gobierno habría sido otra "si ETA hubiera secuestrado al hijo de Aznar", unas declaraciones que dieron que hablar.

José Antonio Ardanza ha fallecido dejando como testamento personal la cohesión entre diferentes, y la demostración de que se puede convivir desde la diferencia, compartiendo principios básicos de libertad, democracia, convivencia y solidaridad.

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