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Homenaje a Brouard y Muguruza

Egiari Zor pide a las instituciones un reconocimiento público para las víctimas de la violencia del Estado

Agencias | EITB Media

La fundación exige acabar con el "trato asimétrico" hacia las víctimas que no son de ETA. El acto ha estado dedicado "a todos aquellos que siguen luchando por que se reconozca la verdad" y a quienes "se les quiere robar el derecho a la memoria".

Homenaje a los dirigentes de HB asesinados Santi Brouard y Josu Muguruza. Imagen: EITB

Euskaraz irakurri: Egiari Zor elkarteak Estatu indarkeriaren biktimak publikoki aitortzeko eskatu die erakundeei

La fundación Egiari Zor ha pedido a las instituciones, en el acto de homenaje a los que fueran dirigentes de HB Santi Brouard y Josu Muguruza asesinados por los GAL y un grupo de extrema derecha hace 39 y 34 años, respectivamente, una declaración de reconocimiento público de lo que se hizo al amparo de la violencia del Estado y ha reclamado acabar con el "trato asimétrico" hacia las víctimas que no fueron de ETA.

El homenaje ha consistido, en primer lugar, en una ofrenda floral en el parque de Ametzola, ante la escultura del que fuera parlamentario de HB Santi Brouard y, posteriormente, se han dirigido a la plaza Rekalde, donde se ha llevado a cabo otro acto con la intervención de Pilar Garaialde, hija del taxista Paulo Garaialde asesinado por la Triple A en 1982, que ha leído un comunicado de Egiari Zor.

Al acto de recuerdo también han asistido, además de familiares y amigos de Brouard y Muguruza, el portavoz de EH Bildu en Juntas Generales de Bizkaia, Iker Casanova, y la portavoz de la coalición en el Ayuntamiento de Bilbao, María del Río.

Garaialde, en nombre de la Fundación, ha señalado que el acto también está dedicado "a todos aquellos que siguen luchando por que se reconozca la verdad" y a quienes "se les quiere robar el derecho a la memoria".

Según ha manifestado, en los últimos meses se han producido diversas actuaciones contra el Derecho a la Memoria, uno de ellos en Bilbao, en torno a dos casos de muerte violenta que, tras medio siglo, "continúan sin estar esclarecidos", los de Txabi Etxebarrieta y Jon Urzelai, que resultaron muertos por las balas del régimen franquista".

Por ello, ha indicado que agradecerían que el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, iniciara el proceso necesario para la obtención de la documentación que ayude a aclarar ambos casos, ya que se está ante "dos presuntas ejecuciones extrajudiciales".

Webs de Memoria

Asimismo, ha denunciado que muchos ayuntamientos vascos han eliminado el único reconocimiento oficial que se les otorgaba a través de las webs de Memoria, alegando que "los victimarios no pueden ser víctimas". Sin embargo, ha denunciado que algunos de sus victimarios son homenajeados anualmente por distintas instituciones dada su condición paralela de víctimas y se les dedica "un continuo ensalzamiento".

Desde Egiari Zor han remarcado que "donde no hubo moral se habilitaron mecanismos de reconocimiento y reparación" que "afortunadamente está dando resultados" en Euskadi, donde son ya alrededor de 334 las víctimas reconocidas oficialmente. La Fundación ha manifestado que serán "muchas más" porque va a continuar trabajando para que "ningún caso de vulneración de los derechos fundamentales quede en el cajón del olvido".

"El 26 de junio es la fecha en la que esperamos se fije el día de conmemoración anual para nosotras y que pronto se pueda celebrar en el Centro para la Memoria de las Víctimas de Estado que debe albergar el Palacio de La Cumbre. Precisamente allí, donde se desarrolló la primera acción de los GAL hace ahora 40 años; donde Lasa y Zabala permanecieron secuestrados y fueron brutalmente torturados", ha indicado.

Pacto de silencio

"Estando el Estado español en una supuesta democracia, el gobierno del PSOE de Felipe González puso en marcha el Plan ZEN. Un mecanismo que habilitó la tortura como instrumento policial y que a su vez posibilitó la creación de los GAL", ha añadido.

En su opinión, los que apoyaron "política y mediáticamente" esa estrategia del Estado, los que garantizaron la "impunidad" a sus victimarios, los que firmaron "un pacto de silencio y todos aquellos que, con su consenso, permitieron convertir el terrorismo en otro instrumento más al servicio del Estado, todos ellos, deberían dar un paso adelante".