Cerrar

Operación Bueltaka

Desarticulado en Bizkaia un grupo criminal que traficaba con mujeres nicaragüenses

Mikel Domínguez | EITB Media

Dos mujeres y un hombre han sido detenidos, acusados de tráfico ilegal de personas, favorecer la inmigración ilegal y trata de seres humanos con fines de explotación laboral.

Detenciones en Bizkaia. Foto: Ertzaintza

Euskaraz irakurri: Nikaraguako emakumeekin trafikatzen zuen talde kriminal bat desegin dute Bizkaian

La Ertzaintza ha desarticulado una organización criminal que se dedicaba a traficar con mujeres de origen nicaragüense para explotarlas laboralmente. Según ha informado el Departamento de Seguridad, la Sección Central de Investigación Criminal y Policía Judicial de la Ertzaintza realizó tres detenciones y registró una vivienda el martes, con la que da por desarticulado el grupo asentado entre el Valle de Arratia (Bizkaia) y Somoto (Nicaragua).

A las dos mujeres y el hombre detenidos se les imputan delitos de tráfico ilegal de personas, favorecimiento de la inmigración ilegal y trata de seres humanos con fines de explotación laboral en el seno de organización criminal. Fueron puestos el miércoles a disposición judicial. La investigación se enmarca en la operación Bueltaka, que se inició en noviembre de 2020.

Según ha explicado la Ertzaintza, la organización desarticulada captaba a mujeres de entre 20 y 40 años en Nicaragua a través de contactos familiares y les facilitaba el viaje y la permanencia en España, incluso llegando a explotar laboralmente como internas en tareas de servicio doméstico.

Para hacer el viaje, les proveían de billetes de avión, unos 1000 dólares y documentos necesarios para la entrada en España, y posteriormente se les imponía una deuda de alrededor de 10 000 euros y se les obligaba a firmar un contrato en el que se imponía como aval propiedades familiares de origen. Estaban obligadas a pagar la deuda con el dinero obtenido en trabajos de servicio doméstico, como internas en domicilios, proporcionados por la propia organización. Estos trabajos favorecían su aislamiento y evitaba que tejieran lazos sociales.

La Ertzaintza espera poder demostrar que este grupo, que operaba desde 2017, habría introducido cerca de una veintena de mujeres en el Estado.