Violencia machista
Se llamaba Sara y no es un número más, ni un caso aislado
EITB Media
Un asesinato machista no es un frío número anónimo en una lista de daños asumibles. La mujer asesinada en Tudela tenía nombre y apellidos y una vida llena de proyectos.
Euskaraz irakurri: Sara zuen izena, eta ez da kasu bakana izan
La mujer asesinada el lunes en Tudela supuestamente por su marido es la primera víctima de la violencia machista de 2022. Pero no nos quedemos con ese frío dato estadístico. La víctima se llamaba Sara Pina, tenía 38 años y una vida "llena de proyectos", tal y como ha recordado hoy Fernando Sierra, alcalde de Cortes, localidad de la que era natural.
Sara era profesora vocacional y aficionada al teatro. Desde el lunes, las palabras de cariño se han repetido entre los vecinos y vecinas de Cortes y Tudela. "Era la dulzura personificada, educada, muy prudente. Una verdadera artista cuando subía al escenario", ha relatado Sierra en Radio Euskadi. Aunque no residía en Cortes, "estaba en el grupo de teatro y era muy amante del pueblo".
Su labor como profesora del colegio público Dos de Mayo de Castejón también ha sido destacada en las últimas horas, en las que se han referido a ella como "una persona vocacional, una servidora pública".
La violencia machista no son casos aislados, es estructural: en noviembre había 1.144 casos de violencia machista "activos" en Navarra y 619 mujeres precisaban de algún tipo de protección policial.
Desde 2003, 1.126 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en el Estado, según datos de la Delegación del Gobierno de España contra la Violencia de Género.