CORONAVIRUS
Los retrovirales orales contribuirán a disminuir los ingresos hospitalarios y la tasa de mortalidad
Naiara Ballesteros | EITB MEDIA
Evitan desarrollar cuadros graves entre los pacientes ingresados. Sin embargo, los antivirales no sustituyen a las vacunas porque tienen un uso diferente.
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Los antivirales orales están llamados a convertirse en "una herramienta importante frente a la pandemia para evitar el desarrollo de cuadros graves entre los pacientes ingresados", asegura Manoli Igartua, licenciada y doctora en Farmacia y vicerrectora del Campus de Álava de la UPV/EHU.
No obstante, subraya que los antivirales no sustituyen a las vacunas, ya que las vacunas siguen una estrategia preventiva, evitar que se produzca la infección, y los antivirales tienen una estrategia terapéutica, dar tratamiento a la infección. "Con el uso de ambos tendremos más oportunidades para hacer frente a la pandemia", afirma.
Los retrovirales son un tipo de fármacos de la familia antivírica, medicamentos destinados a eliminar un virus. Por precisar más, los retrovirales son medicamentos que se utilizan en el tratamiento de los virus ARN, como son el coronavirus o el virus del sida.
Estos medicamentos consiguen que en la fase de mayor proliferación de la infección el virus muera, "por lo que no llega a una mayor gravedad", y eso "se traduce en una disminución de los ingresos hospitalarios y de la tasa de mortalidad".
Se trata de tratamientos muy cortos, de cinco días de duración, dirigidos a personas con una respuesta inmune comprometida; personas mayores, enfermos crónicos o enfermos oncológicos, entre otros.
Los retrovirales que se están autorizando en las últimas semanas son orales, lo que supone "una gran diferencia porque son más cómodos para los enfermos". Sin embargo, todavía no están plenamente autorizados, "sólo en hospitales y en situaciones de urgencia".
Ahora tendrán que ser las agencias de medicamentos de cada estado las que estudien todos los datos, los ensayos clínicos, y den la autorización para comercializarlos.
Igartua explica que si en España un médico tiene que utilizar este fármaco "debe pedir permiso a la Agencia Española del Medicamento y justificar que es un uso de urgencia, por ejemplo para evitar la muerte".
"No está claro todavía si se podrá vender en las farmacias, pero lo más probable es que sea un medicamento de diagnóstico hospitalario y que, como ocurre con el sida, se administre en las farmacias de los hospitales", ha dicho.
"La gente puede pensar que con esta píldora no es necesario vacunarse, porque creen que si enferman les bastará con cinco días de tratamiento, pero el uso de las dos estrategias es muy importante: hay que seguir vacunando, siguiendo las recomendaciones y plazos establecidos por los expertos, y utilizar los antivirales para los casos que puedan derivar en una enfermedad muy grave", concluye.