LEY DEL EUSKERA
Etxenike: "El euskera requiere del deseo de la ciudadanía de ser euskaldun, más allá de las leyes"
IDOIA ALBERDI ETXANIZ | EITB EUS
La Ley Básica de Normalización del Uso del Euskera cumple hoy 40 años. El físico Pedro Miguel Etxenike, entonces consejero de Educación, fue uno de los principales artífices del texto cuyo objetivo fue "garantizar el uso del euskera en todos los ámbitos de la administración".
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A finales de los setenta y principios de los ochenta los movimientos a favor del euskera cobraron una fuerza nunca antes vista, se multiplicaron los centros de aprendizaje de euskera y eran cada más los y las ciudadanas que reclamaban poder vivir en euskera. Con ese escenario, el Gobierno Vasco, presidido por Carlos Garaikoetxea (PNV), tuvo claro que debía articular una ley que garantizara los derechos lingüísticos de toda la población, y fue el físico y el entonces consejero de Educación Pedro Miguel Etxenike (Isaba, 1950) el encargado de conducir las negociaciones para la elaboración de la norma. Tras casi un año de conversaciones entre los diferentes grupos parlamentarios, la Cámara de Gasteiz aprobó casi por unanimidad, el 24 de noviembre de 1982, la Ley Básica de Normalización del Uso del Euskera.
Cuatro décadas después, Etxenike recuerda con una asombrosa exactitud cada detalle de los acontecimientos vividos durante la negociación. Reconoce que fue "un proceso largo y complicado", pero asegura que gracias a "un gran trabajo de cocina de muchas personas" lograron cerrar "un texto integrador y flexible". "La ley era el instrumento clave para garantizar el uso del euskera. El objetivo era que todo ciudadano que quisiera vivir en euskera lo pudiera hacer de manera real y efectiva. Aprobamos la ley casi por unanimidad", explica.
Los recursos por parte del Gobierno de España no tardaron en llegar. Sin embargo, subraya el exconsejero, el TC dio la razón al Gobierno Vasco en los puntos clave de la norma. "Los tribunales ratificaron que la ley afectaría a todas las administraciones existentes en la CAV, incluidas las dependientes del Estado español. Ese fue uno de nuestros mayores logros", añade.
Según Etxenike, era "una ley integradora" que buscaba "garantizar la convivencia entre las dos lenguas oficiales y la cohesión social". "Para ello, corresponde a los poderes públicos adoptar las medidas oportunas para que nadie sea discriminado por razón de la lengua", recuerda. "En ese sentido, es innegable el avance en la normalización en ámbitos como la Educación, comunicación —grupo EITB— y Osakidetza, si bien es cierto que en la Administración de la Justicia queda mucho trabajo por hacer", matiza.
Sin embargo, y pese a que la Ley es "la columna vertebral hacia la normalización", Etxenike lo tiene muy claro: "Las leyes por sí solas no salvarán el euskera. Es la actitud de la ciudadanía y el deseo a querer ser euskaldun lo que mantendrá viva nuestra lengua, más allá de las leyes".