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ventajas de beber de la lata

¿Por qué no es costumbre beber vino o sidra en lata?

ane santesteban | eitb media

Beber refrescos, cerveza o bebidas energéticas de la lata no nos resulta ajeno, sino habitual, pero ¿por qué no beber sidra, vino o agua de la lata? Muchos prefieren mantener la tradición, mientras que otros optan por satisfacer las necesidades de los consumidores con nuevos formatos.

Ventajas de beber en lata. Foto: EITB

Euskaraz irakurri: Zergatik egiten da arrotza sagardoa edo ardoa latatik edatea?

Las latas de bebidas llevan más de 85 años en el mercado, siendo uno de los envases preferidos por los consumidores debido a su comodidad, ligereza, resistencia y el estar fabricadas con materiales infinitamente reciclables. Su formato individual permiten tener un mayor control de las cantidades de consumo, son fáciles de abrir e impiden la entrada de luz al interior, manteniendo mejor el producto.

Refrescos o cerveza en lata, bebidas energéticas... Comercialmente, es un envase más atractivo para un público más joven por su facilidad de llevar de un lado a otro. Se pueden introducir en recintos que el vidrio tiene prohibido: festivales, conciertos, la playa… Además, la lata mantiene la calidad y el sabor de la bebida, presenta un enfriado más rápido, y es más eficiente.

Las nuevas tendencias en packaging llegan pisando fuerte. La lata está ganado terreno a otros formatos, sobre todo en Estados Unidos. En nuestro alrededor, no obstante, hay algunas bebidas que todavía no han calado lo suficiente en la sociedad. ¿Por qué no es tan frecuente, por ejemplo, beber vino, sidra o agua en lata?

El vino en lata está siendo motivo de debate en el sector del vino desde hace tiempo. Existe claramente una barrera cultural: es casi ritual el hecho del descorche de la botella, verter el vino en la copa para su cata… pero sobre todo, el hecho de asociar la lata a otro tipo de producto. Incluso las propias Denominaciones de Origen vetan en muchas ocasiones el uso de estos envases.

Hemos estado con el gerente de Bodegas Elosegi, Mikel Elosegi, quien ha insistido que la lata mantiene intacta la calidad y el buen sabor del producto. En esta empresa situada en el corazón de Gipuzkoa, en Olabarria, en 2006 dieron el gran salto y lanzaron al mercado un vino de Burdeos envasado en lata.

El proyectó no funcionó, pero hoy por hoy hay empresas que están comercializando importantes volúmenes de vino en lata en países como Estados Unidos, Australia. Aquí, en nuestro alrededor, no obstante, la lata de vino aún es una rareza.

Mikel Elosegi, gerente de Bodegas Elosegi, reitera que la calidad y el sabor del vino no se ven afectados por su comercialización en lata, y que el producto se conserva bien. Tienen su sede central en el corazón de Gipuzkoa, en Olabarria, y llevan más de 130 años envasando y comercializando vino. A lo largo de su trayectoria en esta empresa familiar han sabido adaptarse al mercado con flexibilidad y ofreciendo nuevos productos y formatos.

Así, en 2006 la Bodegas Elosegi dio un gran salto al comercializar por primera vez un vino de Burdeos envasado en lata. Aunque en aquella época el vino en lata no era un producto completamente nuevo, ya que para entonces se vendía en diferentes partes del mundo, fue pionero en comercializar un vino con denominación de origen. El producto no tuvo mucho éxito y hoy por hoy están inmersos en otro proyecto con el fin de atraer a los más jóvenes, comercializando su propia marca de sangría en lata.

Algo similar ocurre con la sidra. En Zerain, en las faldas del monte Txindoki, en la sidrería Oiharte, comenzaron hace cuatro años a comercializar sidra en lata dentro de la denominación Euskal Sagardoa. El dueño de la sidrería, Mikel Eguren, valora positivamente estos años, aunque cree que no se ha extendido demasiado la cultura para beber sidra en lata y considera que, a pesar del boom de la temporada del txotx, la sidra no está valorada como tal. 

Sin embargo, ambos opinan que la lata tiene futuro, pero creen que hace falta un cambio cultural y de hábitos. Miran al futuro con esperanza. El tiempo dirá si ese formato ha venido para detenerse.