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Barrio Santutxu de Bilbao

Condenan al colegio Hijas de la Caridad Nuestra Señora de Begoña de Bilbao por no frenar un caso de bullying

EITB Media

La víctima es una niña de cinco años y el centro educativo deberá indemnizar con 40 000 euros a su familia. Se trata de una sentencia pionera por la edad de la víctima y por la indemnización fijada, la mayor hasta la fecha.

Colegio Hijas de la Caridad Nuestra Señora de Begoña en Santutxu (Bilbao). Imagen: EITB

Euskaraz irakurri: Bilboko ikastetxe bat zigortu dute bullying kasu baten aurrean ezer ez egiteagatik

El Juzgado de Primera Instancia número 8 de Bilbao ha condenado al Colegio Hijas de la Caridad Nuestra Señora de Begoña, ubicado en el barrio bilbaíno de Santutxu, por no hacer nada ante un caso de bullying. La víctima es una niña de cinco años y el colegio deberá indemnizar con 40 000 euros a su familia.

Se trata de una sentencia pionera por la edad de la víctima y por la indemnización fijada, la mayor hasta la fecha, según destaca la abogada de la familia.

El caso se remonta al curso 2021-2022, cuando según la sentencia, la niña padeció "constantes agresiones" físicas e incluso de índole sexual, intimidación y acoso por parte de una compañera de clase durante meses y hasta que sus progenitores decidieron cambiarla de centro.

El fallo establece que el centro no hizo lo suficiente para evitar estas agresiones y que, como consecuencia de estos hechos, la víctima perdió el habla de forma temporal, sufrió "un intenso retraimiento social" y "episodios de angustia, insomnio y pérdida de apetito".

La resolución recoge el relato de la psiquiatra de Osakidetza que trató a la menor y que apreció que estaba "extraordinariamente enferma" con "un cuadro propio de estrés postraumático severo como reacción ante una situación de maltrato y abuso de naturaleza sexual". Tres años después, la menor continúa recibiendo tratamiento psiquiátrico y medicación, y la familia se ha mudado a otro barrio.

Durante el juicio también expuso que el centro "hizo oídos y ojos sordos al sufrimiento" de la niña, a la que prescribió ansiolíticos para combatir el cuadro que presentaba.

El magistrado considera acreditado que no se trató de una situación "aislada ni puntual; se prolongó al menos desde septiembre de 2021 hasta marzo de 2022 sin que (el centro) lograse articular ninguna solución que pusiera fin a la misma".

"No hay rastro alguno de que se arbitrase —o siquiera se llegara a considerar la posibilidad— en ningún momento medida alguna que atajase las agresiones y protegiese a la menor", se argumenta en el fallo, que remarca que "el centro se convirtió en mero espectador".

"Las pruebas muestran de forma clara y sin asomo de duda el fracaso del centro a la hora de resolver lo sucedido y garantizar la protección de la menor", resuelve el magistrado.

La familia de la víctima está satisfecha con la sentencia, y subraya que no quiere que nadie más sufra lo mismo. No obstante, las partes personadas en la causa tienen la posibilidad de recurrir la sentencia ante la Audiencia Provincial de Bizkaia.