"La Noche Despierta"
Compartir fantasías y descubrir puntos erógenos
I.C.
eitb.com
Dicen que el cerebro es el principal órgano sexual, que en nuestra imaginación todo es posible. Invitamos a romper la rutina compartiendo ensoñaciones y dibujando el mapa erótico de nuestro cuerpo.
Fantasear es algo normal y sano y no significa que tengamos intención alguna de llevar esa ensoñación a la práctica o que sea un deseo insatisfecho. Entonces la pregunta es: ¿debemos compartir nuestras fantasías con la pareja? Depende.
Hay que ser conscientes de que ante determinadas propuestas o deseos pueden surgir celos, recelos o inseguridades; e incluso dudas de si ese sueño recurrente puede catalogarse como infidelidad. ¿Y si nos animamos a pulsar el play de nuestro cerebro? La sexóloga Marian Ponte nos aconseja hacerlo porque coincide con otros terapeutas en que las fantasías, además de ayudarnos a salir de al rutina, nos permiten liberar tensiones o estados de ansiedad.
En "La Noche Despierta" de Radio Euskadi hemos cursado también una invitación a descubrir los puntos erógenos de nuestro chico o chica. Esos puntos sensibles al tacto que, localizados y convenientemente estimulados, consiguen derretirnos. La parte interior de los brazos o los muslos, el cuello, la nuca, el lóbulo de la oreja... Cada persona debe trazar su propio mapa erótico.
Y no nos queremos olvidar de los besos y abrazos ni de su poder terapéutico; cuestión en la que hemos ahondado con el sexólogo Luis Segura Vicent.