"Graffiti en Rojo"
Europa, 53 años de Unión
I.A.
eitb.com
Los europarlamentarios Carlos Iturgaiz, Ramón Jáuregui, Izaskun Bilbao y el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, analizan el legado de la UE después de medio siglo.
Equilibrio y fortaleza. Ésas son las dos principales aportaciones del euro a la economía europea en general, y a la vasca en particular.
La razón, formar parte de una "moneda escudo": La potencia de Alemania, Francia e Italia, amén de los compromisos que se deben adquirir para entrar en el club del euro, como estabilidad de precios y tipos de interés, garantizan una importante protección ante la economía global. Además, favorece el comercio y la libre circulación de mercancías y personas, al facilitar sobremanera las transacciones.
Entre los "incovenientes" encontramos el hecho de que la moneda no se puede utilizar para reequilibrar la economía. Es decir, sólo hay dos formas de vender lo que se fabrica: o haces lo que nadie hace, o haces lo que todo el mundo pero más barato.
Cuando tus productos no se venden queda un "as" en la manga: devalúas tu moneda y automáticamente son mucho más baratos que la competencia. Recuperas pulso comercial pero a cambio haces a la gente más pobre que antes. Lo acaba de hacer Hugo Chávez en Venezuela y lo hizo Carlos Solchaga dos veces cuando fue ministro de Felipe González.
El euro evita esa posibilidad, y eso, en época de crisis como la actual puede escocer. Además, un mito desmontado: tampoco equipara la riqueza de los europeos. De la misma forma que cuando ganábamos en pesetas Extremadura no era Euskadi, ahora con el euro, Euskadi tampoco es Alemania, aunque sí es cierto que el euro favorece que los precios de cosas y servicios en uno u otro país vayan convergiendo poco a poco.
En todo caso, tras diez años largos de lo que primero fue el ecu y luego el euro, las ventajas parece que pesan más que los incovenientes. De hecho, el euro nació en 1999 adoptada "sólo" por once países europeos y con muchos recelos.
Ir en grupo te puede hacer más fuerte o más débil. Grecia es un ejemplo actual: si su economía colapsa, puede provocar un efecto arrastre sobre el euro de pésimas consecuencias para todos los países que tienen esa moneda.
En una conferencia en Bilbao, poco antes de la entrada en vigor de la moneda única, el ex ministro Miguel Boyer contó lo que un Nobel norteamericano le dijo al respecto: "Se van ustedes a acostar con un gorila, Alemania, que tengan suerte".
Sin embargo, hoy son ya 16 de los 27 socios de la UE los que se han acogido a la eurodivisa. Es verdad que todavía quedan fuera países como Gran Bretaña, Dinamarca o Polonia. Pero también es cierto que cada vez son más los que llaman a la puerta y con más insistencia. Será por algo. De momento, vale más que el dólar, y a punto está de llegar al valor de la inalcanzable libra esterlina.