'Graffiti'
¿Cómo tomar la decisión de tener un perro en casa?
eitb.com
La veterinaria Nora Amiano nos ayuda. Según su experiencia a veces se toma la decisión a la ligera sin tener en cuenta la responsabilidad que exige cuidar a una mascota.
Ante la afirmación de: “Quiero tener un perro”. ¿Qué pasos he de dar?. Lo primero es pensar para qué quiero el perro. Puede ser como regalo pero, hay que tener en cuenta que no es un juguete que regalar y capartar cuando nos cansamos de él. Puede ser también como compañía pero acordándonos siempre que necesita cuidados y atenciones, y que es para muchos años.
Hay que pensar si estamos dispuestos a sacrificar todo lo que supone un perro y cubrir todas sus necesidades: Pasearlo 3 veces al día (llueva, haga frío, me encuentre bien, tenga ganas de quedarme en casa durmiendo...); dedicarle tiempo de calidad y disfrutar de ese tiempo juntos; tenerlo en cuenta para vacaciones, escapadas de fines de semana, navidades....; doblar esfuerzos en limpieza; gasto económico en alimentación, juguetes, material, veterinario (60-80€/mes de media)...
Si después de plantearnos todo esto sigue siendo positivo hacia adquirir un perro entonces debemos pensar si queremos un cachorro o un perrito adulto. El cachorro de entrada resulta más atractivo, pero tiene sus desventajas y el perro adulto no ahorra la fase de acoplamiento. Si tenemos dudas, podemos recurrir a adquirir un perro joven y adulto, que ya tenga gran parte del trabajo hecho, que poco o mucho, algo ya esté educado y sólo tengamos que pasar la fase de acoplamiento, de conocernos y adaptarnos, de aprender normas de convivencia comunes.
Ya tenemos claro que queremos un perro. Ahora bien, ¿de que raza?. Lo más importante: no dejarnos guiar por el aspecto físico o apariencia que más nos guste, ya que es el mayor error. En segundo lugar, la raza no hace al perro, predispone a ciertas conductas pero todo es modificable con una buena educación. Y en tercer lugar, los perros sin raza son tan válidos o más.
Puede parecer una frivolidad, pero es muy importante, antes de meter un perro en casa, pensar en los tamaños de la casa y del perro. Si tenemos poco espacio no podemos meter un animal muy enérgico, y esto no tiene que ver con el tamaño, algunos perros grandes son más tranquilos que uno pequeño, y si hace ejercicio en los paseos puede vivir en sitios reducidos. Por ejemplo, un Golden o un Labrador pueden vivir en un piso si salen a dar paseos adecuados y hacen ejercicio. Un perro de raza de caza o de pastor, o lo está todo el día en movimiento o se pondrá nervioso. Si vamos a darle paseos cortos y relajados, no somos muy enérgicos ni deportistas, no es aconsejable un Pastor vasco. Si buscamos un perro tranquilo para los niños hay razas que tienden a ser pacientes y juguetonas (Bobtail, Bóxer, Golden, Beagle…) y no razas con predisposición a ser más celosas, irritables o independientes (Collie, Cocker,Husky).
Si no tenemos mucho tiempo ni dinero no cojamos un perro que necesite ir al peluquero cada pocas semanas o que precise muchos cepillados. Hay que informarse del tipo de animal que es la raza que nos ha gustado y no dejarnos llevar por modas sino pensar en el animal que mejor se adaptará a nuestra vida y nosotros a la suya. Si tenemos claro lo que buscamos de un animal, podemos ir directamente a nuestro veterinario y que él nos informe de la raza más adecuada. O ir a la protectora animal más cercana y que nos digan si tienen algún animal con esas características.
Perros de protectora
En el caso de los perros de protectora, son una excelente opción. Si cogemos un cachorro debemos asegurarnos del tamaño aproximado que tendrá de mayor para no pegarnos luego un susto, y dejarnos guiar por el encargado sobre como parece ser la personalidad de ese cachorro o hacia donde apuntan sus maneras. En el caso de un adulto, suelen venir con ciertos traumas (el propio abandono lo es), hay que trabajar con paciencia y mucho afecto. Después suelen ser los animales más leales y fieles además de agradecidos. En el caso de uno de raza, es recomendable ir directamente al criador o particular, visitarle, ver cómo viven sus animales, cómo son sus padres de carácter, dónde han pasado sus primeras semanas los cachorros... Y si es un cachorro nunca adoptarlo antes de las 8 semanas. Dejar que esté con su madre esas semanas es vital para su adecuado crecimiento y para que aprenda cosas que de otra manera será muy difícil enseñarle.
Vagabundos
Antes de nada ser conscientes de que animal vagabundo no tiene porque ser animal abandonado. Puede estar perdido, abandonado, o ser de la zona... Si creemos que está abandonado o perdido lo primero es acercarnos con suavidad y permitirle al animal que sea él quien dé el último paso hacia nosotros, que se muestre confiado. Si ya lo tenemos a nuestra mano para acariciarle, hay que ver si tiene collar con chapa identificativa. Si no podemos acercarnos a él porque no se deja y tiene miedo o lo tenemos nosotros, debemos llamar a los municipales que se harán cargo de él o llamarán al servicio que tengan contratado en el municipio para éstos casos.
En el caso de que esté realmente abandonado y queramos llevárnoslo, debemos dar parte a la protectora animal que esté en el municipio o que tenga el ayuntamiento concertado, y a los municipales. Allí deberá pasar un tiempo por si alguien le reclama (30 días si no lleva microchip) y si no después ser adoptado. En muchos sitios permiten dejar el aviso con fotos del animal en ese sitio, y que el tiempo de espera lo pase en nuestro domicilio.