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Dormir sin lágrimas, el proyecto de Rosa Mª Jové

eitb.com

La psicóloga, pedagoga y escritora está en Euskadi con motivo de la conferencia que ofrecerá dentro del marco de las X Jornadas de la Lactancia Materna.

Foto: PhotoTL

Dentro de las X Jornadas de la Lactancia Materna, que organiza este sábado la Liga de la Leche de Euskadi, se están ofreciendo diferentes conferencias en Donostia y en Barakaldo. Una de estas es la que ofrecerá la psicóloga y pedagoga Rosa María Jové, autora del manual Dormir sin lágrimas. En clara alusión a métodos como el del Dr. Estivill, defiende que “dejarle llorar no es la solución”.

Rosa María Jové ensalza el papel de la lactancia en el éxito del sueño, tanto del bebé, como de la madre. En el bebé, por la propia composición de la leche y debido al relajante contacto con la madre a la succión calmante. En la madre, porque hormonalmente al aumentar los niveles de prolactina le ayuda a coger el sueño con más facilidad.

Tampoco penaliza el colecho. De hecho asegura que un niño que duerme en compañía es un niño que duerme más. Mckenna ya demostró que los niños que dormían con sus padres tenían menos probabilidades de presentar el síndrome de muerte súbita del lactante y que, a través de la respiración de la madre, los niños aprendían antes a pasar de una fase a otra del sueño, ya que sincronizaban su respiración con la materna

Hay muchas creencias erróneas sobre el sueño de los niños: El principal problema al tratar del sueño es pensar que todos los niños, independientemente de la edad que tengan, duermen igual.

Como dato hay que recordar que los niños no siguen el horario de 24 horas al día de los adultos; los expertos aseguran que se trata de una realidad de 25. Por eso les cuesta meterse en la cama habitualmente y presentan alteraciones en el horario.

Jové está firmemente convencida de que todo niño sano nace sabiendo dormir y que, tarde o temprano, su sueño se irá normalizando: "no hagamos un problema por el simple hecho de que a nuestro hijo le cueste mucho dormirse o se despierte mucho por la noche, asegura.

Muchos padres y madres deciden acelerar ese proceso natural porque son ellos los que no descansan. En todo caso, las soluciones siempre serán personalizadas para cada familia.

Hay que tener en cuenta que los niños reclaman la presencia adulta por la noche porque no dominan la técnica para regresar al sueño cuando despiertan a media noche; esos microdespertares están provocados por un sueño menos profundo.

A veces pensamos que si han tenido un día movido y le hemos agotado, caerán rendidos y dormirán durante más horas; pero el cansancio físico no alarga nunca el sueño lo único que provoca es una alteración del tipo de sueño.

Los métodos para enseñar a dormir a los niños dejándolos solos se empezaron a publicar ya a mediados del siglo pasado; pero son métodos de adiestramiento que juicio de Rosa Mª no enseñan a dormir sino que provocan un shock emocional en los niños.

Hay estudios que demuestran que estos métodos pueden dejar secuelas; alteraciones reparables pero no reversibles, que pueden quedarse enmascaradas y no hacerse evidentes hasta la vida adulta. Su consejo es dar tiempo a los niños para que duerman bien porque, como muy tarde, todo se habrá normalizado cuando alcancen los 5 años. Y si nos surgen dudas en el camino: “Busque, investigue y pregúntese. Sus hijos lo merecen”, sentencia Jové.

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