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Somos Cómplices

El poder de una mirada en la atención sanitaria

eitb.com

Cuando una persona acude al Sistema Sanitario busca mucho más que la competencia técnica de los profesionales.Así lo creen los promotores de la iniciativa: 'Mírame, diferénciate'.

Foto: Diferenciate.org

Fue Serafín Fernández, enfermero de Jaén y coautor del blog Cuidando.es, quien encendió la mecha de la iniciativa colaborativa “Mírame, diferénciate” con un post en el que ponía de manifiesto cómo nos sentimos cuando somos atendidos por alguien que no nos mira a los ojos:

“Durante mis vacaciones, fui a un supermercado a comprar algunas cosas. Al ser una zona de playa, el supermercado estaba lleno de gente. Se notaba que había trabajo repartir y todo el personal andaba corriendo para un lado y para otro. Al llegar a la caja, había una cola de gente considerable y tuve que esperar un buen ratito. Cuando llego mi turno, le día los buenos días a la persona que había en la caja. No me contestó. No me miró. Se limitó a coger cada uno de los productos, pasarlos por el lector del código de barras, darle al “enter, enter, enter” para decirme al final del todo ”son tantos euros”. Le ofrecí la tarjeta de crédito y le dije: “Aquí tienes el DNI”. No me miró, no me contestó. Cuando me fui le dije de adiós y tampoco me dijo nada. Justo cuando llegaba al coche, recibí una llamada, tras la cual tuve que volver de nuevo al super, ya que me faltaba un producto. Entre, y cuando iba a pagar, justamente la caja la que menos cola tenía era donde estaba la anterior cajera, fui a ponerme en ella, y ese momento, sucedió lo que he denominado el “efecto de la no mirada”. Tome la decisión, casi sin pensarlo, de pasar a otra caja y esperar más cola, con tal de que no volviera a sucederme lo mismo de antes. En este caso me toco una cajera amable, educada, que me miró a los ojos y sonrió. Y ahora sí, esta situación me dió mucho que pensar. Me da miedo pensar que algunas de las personas que cuido puedan en algún momento pasar por una situación así (...)”.

Una mirada... ¿vale más que mil palabras?

A finales de agosto de 2011, un grupo de profesionales que trabaja en el campo de la salud decidió unirse por un objetivo común: humanizar la atención sanitaria. Son hombres y mujeres convencidos de que la calidad asistencial puede mejorar con pequeños gestos, como mirar a los ojos del paciente. Una mirada que puede marcar la diferencia, incluso, en la recuperación de la persona enferma.

Los promotores de la iniciativa consideran que “entre los factores que pueden intervenir propiciando intervenciones o climas que podríamos calificar como deshumanizados se encuentra la rigidez de las instituciones que enfatizan valores científico-técnicos, la escasa formación humanística de los profesionales y también las excesivas expectativas de los pacientes fundamentadas en la tecnología”.

Pero “la necesidad de contacto se vuelve imprescindible en la enfermedad” y hay estudios que avalan que una buena comunicación o que el paciente sienta que le escuchan, facilita su recuperación y mejora el cumplimiento terapéutico.

Es por eso, que las personas implicadas en la iniciativa colaborativa “Mírame, diferénciate” recuerdan a sus compañer@s “que por mucha presión, pésimas condiciones laborales, nefastos jefes y peor sueldo respiren hondo y recuerden que una sonrisa, una caricia o una mirada son las cosas que primero valoraron cuando pisaron por primera vez un centro sanitario o el domicilio de un paciente”.

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