Jornada sobre dislexia y dificultades de aprendizaje

DISLEBI, la Asociación de Dislexia de Euskadi, ha organizado para este próximo sábado, 11 de febrero, una jornada de divulgación sobre la dislexia y las dificultades específicas de aprendizaje en lectura, escritura o cálculo. Hablamos de una de las causas más importantes de bajo rendimiento o fracaso escolar; siempre que el trastorno no sea identificado y convenientemente orientado.

Se calcula que entre el 5% y el 17% de los pequeños tiene dislexia. Estamos ante niñ@s que “ni son vag@s, ni son inmadur@s, ni son torpes; simplemente tienen otras formas de aprender”. Son chavales que se enfrentan a problemas con la lectura, una mala ortografía, dificultad para reconocer palabras con fluidez y también para comprender lo que leen. Para seguir el ritmo de las clases, por tanto, tienen que realizar un esfuerzo enorme.

En la jornada de divulgación de este sábado, abierta al público previa inscripción, Dislebi pondrá el acento en la existencia de métodos “milagrosos” o pseudo científicos que consideran contraproducentes para el niño o la niña con dislexia. Estos métodos, advierten, “además de su coste económico, no solo no mejoran la dislexia, sino que añaden una carga de trabajo al niño y a la familia, y retrasan años una intervención adecuada”. Se refieren a métodos no convencionales tales como el entrenamiento perceptivo optometrico, las lentes teñidas, el entrenamiento de la lateralidad y gateo o la terapia psicológica emocional.

Dislebi fue constituida en julio de 2005 por un grupo cada vez más numeroso de familias, educadores y pediatras decididos a que los estudiantes con dislexia dejen de estar en el olvido y la invisibilidad. Para garantizar la igualdad de oportunidades reclaman “una atención adecuada, que asegure el desarrollo integral de sus hijos e hijas en el ámbito escolar” y medios adecuados para que accedan al conocimiento:

· Cambiando las formas de enseñar.
· Utilizando métodos multisensoriales.
· Realizando adaptaciones metodológicas y tecnológicas, y cuando surja la necesidad, realizando adaptaciones curriculares.

Además, abogan por “una detección precoz, interviniendo desde el instante que aparezcan estas dificultades, sin esperar a diagnósticos definitivos, perdiendo años sin atención adecuada y añadiendo sufrimiento a estos niños y niñas”. No es raro que el problema disléxico ya genere, durante la etapa prelectora, trastornos de conducta.