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'La alegría muda de Mario', de Amaya Áriz

eitb.com

Autismo severo. Ese fue el diagnóstico que el 19 de enero de 2011 hizo que Amaya Áriz y su marido despertaran a una nueva vida. Ahora nos cuentan su “duelo” y lucha incansable.

Portada del libro 'La alegría muda de Mario'.

"El día 19 de enero de 2011 nuestras vidas cambiaron para siempre. Un neuropediatra puso nombre a las rarezas de mi hijo, nos hizo asomar a un abismo de ignorancia y nos impulsó a emprender un camino de rosas y espinas. Mi niño Mario, mi amor, la luz de mis ojos, está enfermo. Enfermo de por vida, con un mal que hoy por hoy no tiene curación, cuyo origen es desconocido, que nos sume en la incertidumbre de la vida, con más contundencia que certeza. ¿Hablará? ¿No hablará? ¿Le podré contar cuentos? ¿Me entenderá? ¿Sufrirá? ¿Me querrá? ¿Me podrá decir que me quiere? ¿Tendré paciencia? ¿Sabré escucharlo cuando quiera transmitirle sus límites?...”

Son algunas de las preguntas que se hizo Amaya Áriz, abogada de profesión, tras conocer el diagnóstico de su hijo Mario: “Autismo en grado moderado a severo”. En la actualidad, Amaya preside la Asociación Navarra de Autismo. A ella destinará todos los beneficios que se obtengan por la venta del libro “La alegría muda de Mario”.

Cuenta Amaya que comenzó a escribir, para poder gritar y en el libro se ha atrevido, incluso, a poner voz a Mario: “Estoy mirando a mamá ¡Cuánto la quiero! No se lo puedo decir con palabras, pero cuando me quedo mirando al vacío, en realidad me estoy meciendo en el cielo de los abrazos. No quiero que se preocupe. Aunque hemos salido de las rutinas habituales y estoy en un sitio desconocido, estoy con ella y me ha traído mi ordenador con Dora y Pocoyó, que me transportan a casa y me hacen no sentirme perdido. Necesito que me dé un beso, voy a mirarle y si puedo, le sonrío un poco para que me abrace”.

Beso, mamá

Esta ensoñación cobraba vida hace tan sólo unos días. Mario ha escrito, sin saberlo, el epílogo de su propia historia porque “la explosión del lenguaje ha comenzado”. “Nadie sabe cómo ha sido o quizá sí, lo sabemos, porque llevamos 11 meses de trabajo intensivo, sobre todo él, Mario...”, cuenta Amaya en su blog. “Pero el milagro se ha producido y mon amour ha empezado a repetir todo lo que oye. A veces palabras sueltas, otras veces frases completas, fuente, casa, el taxi no está...”

“El otro día me dijo ‘beso mamá’, por primera vez –y lo hizo fijando su mirada en la de su madre–, y ayer a su hermanita pequeña que estaba tumbada en la cama fue y le dijo ‘reina, guapa’. ¿Quién dijo que estos niños no necesitan o no comunican afecto?”, se pregunta Amaya.

Todo esto es el resultado de la búsqueda de nuevas formas de interacción y comunicación con Mario, a través de la terapia individualizada: “La intervención terapéutica es intensiva, respetando los ritmos del niño, sin prisa pero sin pausa, se obtienen resultados infinitos. Eso sí, no basta con dos días a la semana. Tenemos que hacerlo a diario. Los padres, los profesionales, los familiares, los amigos. Cuanto antes se detecten los síntomas, mayor plasticidad cerebral y mejor futuro. No nos guiemos por los mitos. Miremos el autismo del siglo XXI.

‘La alegría muda de Mario’, que publica Sahats Servicios Editoriales, puede adquirirse en grandes librerías o solicitarse a la Asociación Navarra de Autismo para su envío. Todos los beneficios de la venta del libro van directamente a la Asociación, “para financiar los proyectos de terapia e integración de los niños con autismo así como los proyectos de sensibilización y formación de todos los que sientan que el autismo forma parte un poquito de sus vidas”.

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