Consejos y pasos a seguir
Prepara a tu hijo para la llegada de un hermano
¿Cuándo y como contarle a nuestro hijo que va a tener un hermanito? ¿Cómo dividirse para evitar que se sienta desplazado? ¿Cómo gestionar los celos?
La llegada de un nuevo hijo, además de un motivo de felicidad, es también un pequeño-gran desafío para padres y madres. Hasta ese momento nuestro hijo o hija ha recibido todo el afecto y la atención en exclusiva, no es de extrañar que se sientan inseguros, desorientados, o incluso amenazados. La psicóloga clínica infantil Zuriñe Zarandona ha resumido para Somos Cómplices algunas de las pautas a seguir para que el cambio no resulte traumático para el hermano mayor.
¿Cómo debo manejar esta situación durante el embarazo?
- Elige el momento adecuado para informarle de su nuevo hermanito: Durante el embarazo, la forma de explicarle la llegada de un hermanito va a depender de su edad y grado de maduración. El momento de comentarlo también será una decisión personal, muchos prefieren informarlo desde el momento que se enteran del embarazo y otros, más precavidos esperan finalizar el primer trimestre.
- Explicarle qué es lo que va a suceder “adaptándonos a su nivel” de comprensión y a su visión de la realidad le explicaremos algunas de las consecuencias directas que va a tener la llegada de un nuevo hermanito sobre su vida, tanto las positivas, como las “negativas”: cambio de cuarto, compartir las cosas, ayudar a mamá y a papá, tener nuevos juguetes, hacer de hermano mayor…
- Relaciona el momento del nacimiento con eventos futuros: Para los más pequeños la idea de tener que esperar nueve meses para poder verlo a veces es muy difícil de comprender, es preferible relacionar el momento del nacimiento con las estaciones del año. Por ejemplo: Nacerá en la época de la Navidad, cuando llegue Papá Noel, o cuando haga mucho frío y no podamos salir a pasear todos los días.
- Si el niño necesita ser cambiado de habitación, lo haremos meses antes ya que así no asociará el cambio a la llegada del bebé y no le culpará. Nos ocuparemos de poner una habitación nueva, bonita y atrayente para que el cambio no le resulte un trauma o se niegue.
- Aprovechar para hablarle al niño de la etapa en la que él fue un bebé, y cómo durmió en la misma cunita, y como mamá y papá prepararon las cosas con tanta ilusión para él como ahora hacen para su hermanito. Podemos enseñarles fotos de cuando era bebé y su ropa, para que se identifique y entienda que él también fue pequeño un día.
- Pregúntale qué es lo que espera de su hermanito: Muchas veces piensan que a partir del momento de nacer será su compañero de juegos y se desilusionan al verlo dormir durante 20 horas al día.
- No conviene abusar del empleo de terceras personas para cuidar al hermano mayor, justo en este momento lo interpretará como un abandono (cuando haya hermanos mayores esta sensación de desapego será menor).
¿Cómo debo manejar esta situación después del parto?
- No modifiques su rutina diaria: Conviene no cambiarle la rutina diaria y si hay que hacer algún cambio en la casa para acomodar al recién nacido, conviene hacerlo con mucha anticipación y con su ayuda, para minimizar confusiones.
- Pídele que te ayude a cuidar al bebé: Ya de vuelta en casa, trata en lo posible y dependiendo de su edad, que coopere en todo lo posible, que guarde los pañales, que te ayude a vestirlo, durante el baño, o que meza la cuna para dormirlo.
- Dar relevancia al hecho de que él es el mayor y que por ello goza de unas responsabilidades y unas ventajas mayores respecto al recién nacido, sin provocar, que el niño crezca demasiado deprisa ni pretender que se acostumbre de inmediato a la nueva situación.
- Dedícale todo el tiempo posible cuando no tengas que cuidar a tu bebé: Cuando el bebé esté durmiendo pasa todo el tiempo posible con él y que el padre lo atienda mientras tu alimentas o bañas al bebé, de forma que el niño sienta que tiene a uno de sus padres con el 100% de su atención exclusivamente para él. Reservar un tiempo del día para sentaros con él tranquilamente y hablar de sus cosas. Hay que demostrarle que tiene toda nuestra atención.
- No lo apartes bruscamente cuando atiendas al nuevo bebé.
- Por otra parte, hay una cierta tendencia de algunos padres a intentar evitar el contacto directo con el nuevo hijo delante del hermano mayor para evitar que éste último sienta celos o se ponga triste. Esto es un grave error: disimular las demostraciones de afecto hacia el recién nacido delante genera contradicciones en el resto de los hijos y puede resultar contraproducente. La idea es que los padres puedan demostrar que tienen mucho amor para dar y que se quiere a todos los hijos por igual, sin favoritismos.
- El papá suele ser el aliado por excelencia del hijo mayor. Esto significa que el padre puede comenzar a incentivar al niño a iniciar alguna actividad juntos –jugar a la pelota, leer, tomar la leche, visitar a los abuelos, etc.-, ahora que la madre está tan ocupada y ambos tienen tiempo libre.
- Es bueno dejar que el niño toque al bebé y lo acaricie desde sus primeros días. No hay que ser sobreprotectores con el nuevo bebé.
A pesar de todo, los padres deben estar preparados para que su hijo sienta celos, hasta que se acostumbre a la nueva situación. Una vez que el niño supere las dificultades de la nueva etapa, se verá enriquecido por la nueva experiencia. La relación que establezca con su hermano le ayudará en la relación con otros niños.
¿Es normal que mi hijo haga una regresión?
Es muy habitual que realicen conductas regresivas en las primeras semanas para llamar la atención o preocupar a los padres como: volverse a hacer pis, no querer comer sólido, hablar de manera más infantil, etc, también son motivo de conflicto en el colegio peleándose más de lo normal o portándose mal en clase. Por otro lado se negarán a participar en cosas relacionadas con su nuevo hermano, no querrá ir al médico cuando sea necesario, ni al parque, se negará a cualquier cosa que signifique atención para el pequeño. Por supuesto no jugará con él ni participará en sus diversiones. Es normal también descubrir al hermano rebelde jugando con el pequeño o hablando con él cuando nadie mira, lo cual nos demuestra que no es más que una estrategia.
Es muy frecuente que pase de ser un niño tranquilo para convertirse en desobediente, negativo y siempre demostrando oposición frente a las órdenes de sus padres. Se resiste a participar de las reuniones familiares, interrumpe las conversaciones de sus padres, y hace todo lo que sus padres dicen que no puede hacerlo.
También suelen mostrarse más sensibles y llorones, presentar dificultad para concentrarse, para prestar atención y que todo derive en una alteración en el rendimiento escolar. Otros niños empiezan a rechazar todo: se resisten a cepillarse los dientes antes de dormir, a comer, a salir de casa, a recoger sus juguetes, a hacer los deberes de la escuela, etc. Empieza a manifestar síntomas físicos como dolor de cabeza, dolor de tripa, etc., que pueden ser fingidos o no. Y en estos casos es necesario vigilarle de cerca.
Formas de actuación
- Ignorar las conductas negativas recurrentes con las que el niño pretende llamar la atención, y reforzar los comportamientos de “verdadero hermano mayor”, o cuando el niño demuestra un verdadero interés y un esfuerzo por superar sus celos con gestos de cariño.
- Cuando se castiguen conductas inapropiadas el niño debe conocer con detalle por qué se le castiga. Se castiga una mala conducta, que el niño se ha portado mal, no que sea malo, porque ningún niño “es malo”.
- Muchos de los castigos suelen aplicarse después de conductas violentas o agresivas: el niño debe entender que de ninguna manera obtendrá beneficios adoptando ese tipo de conductas, que nada las justifica, que deben controlarse y reprimirse.
- Reserva un tiempo especial para estar tu hijo mayor. Explícaselo claramente: “Mamá siente no poder estar contigo en este momento. Pero dentro de un rato podremos jugar juntos". Y no permitas que nada interfiera con ese momento. Abrázalo, cántale o léele como siempre lo has hecho. Mientras menos cambios se produzcan en su rutinaria, menos stress sentirá.
A pesar de que todo este trabajo de preparación y apoyo puede ayudar a tu hijo mayor a superar este proceso de adaptación inicial, no esperes que la paz dure por siempre. Con cada nueva etapa en el desarrollo del bebé, es probable que el hermano mayor experimente retrocesos y malestar.