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Especial Guggenheim

'El verdadero milagro del Guggenheim es que exista'

Hablamos con el ex alcalde Ibon Areso y el subdirector URSSA, Pedro Barinaga, del reto que supuso sacar adelante un proyecto en el que casi nadie creía y era un lujo en la Bilbao postindustrial.

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Ibon Areso y Pedro Barinaga son dos testimonios de excepción que ponen la ginda a este programa especial recordándonos el auténtico reto que supuso levantar el Guggenheim de Bilbao. El ex alcalde aseguraba mirando las formas redondeadas del Guggenheim "que su existencia es un verdadero milagro". Ha recordado como "en el año 91, Bilbao estaba inmersa en una absoluta crisis industrial y además era el último sitio del mapa dónde los norteamericanos querían venir". Si hoy el museo está aquí, añadía "es simplemente porque no lo quisieron en ningún otro sitio de Europa".

Areso ha añadido que el proyecto tenía una nula aceptación. Subrayaba "que si hubiéramos hecho un referéndum, el 95% de los bilbaínos hubiera estado en contra de hacerlo". El responsable de la empresa encargada de hacer el esqueleto metálico que sostiene el Museo añadía "que además los americanos no se creían mucho que se pudiera hacer en España porque no había tecnología". En este sentido, explicaba "que el proyecto fue muy complejo por todos los lados, a nivel de ingeniería, en la fabricación y el montaje". Piensa, añadía señalando el techo del atrio "que teníamos que hacer coincidir todas las piezas torcidas en el aire".

A lo largo de la charla, se han recordado anécdotas de la construcción. Por ejemplo, que la idea original no era forrarlo de titanio, lo que sin duda se ha convertido en una de sus señas de identidad. Barinaga ha explicado que "los militares decidieron dejar de utilizarlo en los submarinos y bajó de precio en el mercado". Areso añadía "que además era más ligero que el aluminio" que se barejó en sí como segunda opción ya que asegura "a Frank Gery le gustaba el plomo que entonces no estaba prohibido pero le advertimos de su peligro medioambiental".

Se han contado otras anécdotas como cuando el Rey en la inauguración "dijo que se enciendieran las luces utilizando el mando que le habían dado para accionarlo como si fuera un teléfono" y se han escuchado testimonios de la época como cuando el gobierno anunició con la boca pequeña que se ponía en marcha el proyecto o les dijeron que arquitectónicamente la idea de Gery era inconstruible.

El subdirector de URSSA ha asegurado que el Guggenheim fue muy importante para esta empresa cooperativa vitoriana de construcciones metálicas. "Nos catapultó internacionalmente a este tipo de proyectos . "Hicimos otros cuatro con Gery, por ejemplo, La Bodega y el Hotel de Marqués de Riscal", añadía satisfecho el responsable de una empresa que hoy arma algunos de los edificios más emblamáticos del mundo. El Estadio Arena Amazonia de Brasil, el Centro Multiusos Royal Arena de Copenhage, el Museo Balenciaga de Getaria, el Viaducto de Acero de Zorrozaurre, La Torre de Cristal de Madrid, el Puente Levadizo del Puerto de Barcelona o la terminal Boflll de su aeropuerto, la nueva sede de Orona en Hernani y la sede de la Fundación Louis Vuitton en París "que es digna de ver" decía un orgulloso Pedro Barinaga.

 

 

 

 

 

 

 

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