Inés Lezama destaca los graves problemas para la infancia en este país

Buena conocedora de la situación en la República Democrática del Congo es nuestra invitada, Inés Lezama, responsable de Nutrición de UNICEF en el Congo, que ha estado trabajando este año en este país africano y de donde acaba de regresar.

La historia del Congo ha sido convulsa, como en casi toda Africa, desde que logró su independencia de Bélgica en 1.960. Desde entonces, la inestabilidad política fue su seña de identidad, hasta que en 1.965, el Coronel Joseph Mobutu tras un golpe de Estado, tomó el poder y se proclamó Presidente. Cambio el nombre del país por Zaire y el suyo propio por Mobutu Sese Seko, de infausta memoria. 32 años de dictadura y brutal represión.

Conflictos étnicos y la guerra civil llevaron al poder, provocaron una rebelión que, en 1997, llevaron al poder a Laurent Kabila. Éste volvió a cambiar el nombre al país por el actual de República Democrática del Congo. Pero al año siguiente, nuevo conflicto interno, con opositores apoyados por Ruanda y Uganda, y un gobierno de Kabila apoyado por tropas de Angola, Zimbabue, Namibia o Chad. En 1.999 se firma la paz. Al año siguiente el presidente del Congo es asesinado y llega al poder su hijo, Johsep Kabila. En 2003 creó un Gobierno de Transición.

Qué va a pasar tras el aplazamiento de las elecciones presidenciales, que no podrán celebrarse antes de que finalice el mandato de Joseph Kabila, en el poder desde 2001.

El foco del conflicto se ha desplazado a la zona este del país, en las provincias de Kivu. La República Democrática del Congo, gobernada a día de hoy por el Presidente Joseph Kabila, sigue sufriendo una crisis humanitaria que se traduce en una situación de emergencia perenne.

Oro, diamantes, madera, cobre, cobalto, casiterita, pero sobre todo: coltán. Este mineral también conocido como “el oro gris” casualmente se encuentra en la región este, la más disputada. Su extracción sirve para la fabricación de baterías de teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos. Grandes empresas de telecomunicaciones negocian con Luanda y Ruanda –países fronterizos-, controladores por excelencia de la extracción para así transportarlo a sus territorios; especulan con su precio, explotan a los trabajadores y se lucran dejando aún más sufrimiento en los congoleños y aumentando la tensión en la zona.

Grupos armados sacude a la población civil en Kivu, son habituales los abusos, torturas y el acoso continuo. La ‘violencia sexual se usa como arma de guerra’. Hay 3 millones de congoleños desplazados.

Inés Lezama nos cuenta cómo actúa UNICEF en este caso de Estado fallido o en casos similares con refugiados que huyen de conflictos bélicos o de catástrofes.. situaciones en las que los niños y niñas, generalmente se llevan la peor parte.