Política - Parlamento
Atutxa: 'El Tribunal de DDHH ha puesto en su sitio a los atropelladores'
Juan Mari Atutxa afirma sentirse satisfecho ante la sentencia de Estrasburgo y afirma que ha recibido felicitaciones procedentes de toda sensibilidad política.
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Tras la condena del tribunal de Derechos Humanos a España por culpar de desobediencia a Juan Mari Atutxa, Gorka Knörr y Conchi Bilbao, el expresidente del Parlamento Vasco está satisfecho y dice no necesitar ningún tipo de reparación institucional. Asevera que en su día dio su palabra de que no moriría sin escuchar la declaración de Estrasburgo, y considera que ha cumplico su "palabra de vasco".
Atutxa ha recibido mensajes de enhorabuena desde todo tipo de sensibilidades, incluso de personas "del PP o PSOE", un amparo el de la gente que ha supuesto una sorpresa satisfactoria, y le hacen reafirmarse en su orgullo. Al respecto, Atutxa afirma que nunca ha tenido dudas sobre el no dejar "a los pies de los caballos" una institución como el Parlamento Vasco, y por ello, todos los años pasados desde su inhabilitación le han pasado "muy poca factura".
Se pregunta "dónde quedan las miserias" de las personas que actuaron hasta conseguir llevar el punto de revertir dos absoluciones, y reflexiona sobre que las instancias del Tribunal Supremo encargadas no eran "tres pipiolos" que ignoraban lo que hacían. Así, lo ocurrido para el expresidente parlamentario ha sido un atropello y se congratula de que Estrasburgo haya "puesto en su sitio a los atropelladores".
Preguntado por los paralelismos que pudieran existir entre el denominado caso Atutxa o con actuaciones que pudieran estar desarrollándose al hilo del procés en Cataluña, Atutxa afirma que la sentencia de Estrasburgo pudiera ser "ejemplarizante", si bien señala que hay circunstancias no coincidentes.
Hablamos también con Alberto Figueroa, abogado en el caso. Explica que la sentencia no es para el un éxito profesional, pues es un dictamen que obedece los criterios de "justicia y reparación". Figueroa añade que es la constatación de que la justicia española está notablemente politizada en lo que a las altas instancias se refiere, y el caso referido es un ejemplo "de libro" al respecto.