Hackeada y chantajeada: la historia de Andrea, una joven alavesa

La semana pasada, tanto Ertzaintza como otras fuerzas de seguridad nos alertaban del aumento de casos de chantajes virtuales a través de internet. El afectado recibe un correo electrónico donde le dicen que tienen fotos comprometedoras suyas y le exigen dinero a cambio de no desvelarlas. Las fotos no existen.

Pero el caso que nos ocupa, contado en primera persona, es de otro tipo de chantaje en redes. Es el de una joven alavesa a la que le han quitado su cuenta de Instagram, red social en la que tenía un gran número de seguidores; y a través de esa cuenta, han llegado a quitarle otras de más redes e incluso han llegado a conocer su cuenta bancaria. Una auténtica pesadilla, sin duda.

Andrea Charramendieta tiene 24 años y es de Amurrio. Había conseguido más de 27.000 seguidores en la red social Instagram. Un número que le permitía ser influencer, es decir, tener el peso suficiente en esa red para que las marcas se fijasen en ella y le ofrecieran propuestas comerciales.

Hace 10 días descubrió que su cuenta de Instagram tenía el nombre cambiado, y los datos de acceso modificados. No podía entrar. Poco después descubrió que había más: también le habían hackeado en Facebook, Twitter y Snapchat. De repente empieza a recibir mensajes de whatsapp del hacker, en inglés, desde un número de móvil de Estados Unidos. Le pide primero fotografías de desnudos; al negarse, pasa a reclamarle dinero. 400 euros, en un principio. Pero es entonces cuando descubre que el pirata informático ha llegado a tener control de su cuenta bancaria.

Un reportaje de Javier Domínguez.