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Milagros y Mohacin

'Mohacin, majo, alcánzame eso que yo me tengo que subir a la escalera'

Milagros Martínez, de 71 años, abrió las puertas de su casa a un joven marroquí, Mohacin, que se vio en la calle tras cumplir los 18 años. "Tuve mis dudas, pero confié", relata Milagros.

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Les traemos una historia de pura humanidad que solo escucharán aquí en 'Boulevard' de Radio Euskadi. Nos hemos colado en casa de Milagros. Ella es viuda, convive con Mohacin, un menor no acompañado que llegó a Bilbao con 17 años, tras cruzar el estrecho en una moto de agua. Cuando cumplió la mayoría de edad se quedó sin protección de la Diputación. Antes de que se quedara en la calle, Milagros le ofreció su casa, Zurbaranbarri. Llevan siete meses conviviendo juntos, conocemos su rutina y su convivencia. "Es una suerte para mí. Hay miles de personas en soledad, acoger una persona así te puede salvar media vida".

Mohacin, que actualmente recibe formación de hostelería, conoció a Milagros en el Banco de Alimentos de Zurbaranbarri. "Pedí ayuda a los chicos del centro de menores tutelados y todos los meses nos ayudaban". Mohacin cumplió los 18 años, cuando se quedó sin tutela. Milagros, vista la situación, acogió al joven en su casa: "mejor que estar en la calle". Milagros lo tiene claro: "si un hijo mío tuviera que emigrar, también me gustaría que fuera acogido". Reconoce Milagros que mucha gente a su alrededor "me dice que es muy fuerte".

Milagros alaba las ganas de trabajar de Mohacin, "también hace comida en casa, friega los cacharros y recoge su habitación". "En casa le he puesto unas normas, como llegar a casa a las once de la noche. También le dije que si se emborrachaba o consumía droga le echaría de casa".

"Cuando Mohacin pueda alquilar una vivienda se marchará. Mientras se porte bien estará aquí".

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