Admitir un ingreso puede suponer tener que rechazar otro después

El documento subraya la importancia de la primera valoración al paciente y de priorizar con criterios de edad, gravedad, otras afecciones o reversibilidad; pide, por ejemplo, valorar cuidadosamente el beneficio de ingresar a un paciente con una esperanza de vida inferior a 2 años (según herramientas médicas de predicción) o retirar sin dilación las medidas terapéuticas en caso de complicaciones graves o de un empeoramiento importante de la evolución del paciente, para liberar esos recursos. Se prioriza el acceso a la UCI de pacientes críticos e inestables y los que puedan necesitar intervención inmediata; pero se justifica no prestar cuidados intensivos, o no intubar o reanimar a enfermos inestables y críticos con pocas opciones de supervivencia. Incluso plantea no ingresar a los que están en fase terminal, con perspectiva de muerte inminente.

Datos actuales de ingreso: sólo 34 mayores de 80 años en la UCI

Cerca de la mitad de los pacientes ingresados tienen más de 70 años (25 % entre 70 y 79 años y el 24 % de 80 o más). Pero en la UCI, los mayores de 80 años sólo suponen el 7 % del total; de los más de 3.000 infectados, en esa franja de edad, sólo hay 34. El grueso de los ingresados en Cuidados Intensivos tiene entre 70 y 79 años, son el 34 % del total.

La letalidad, por dar también el dato, es del 67 % en los mayores de 80 años, del 20 % entre 70 y 79. De ahí baja drásticamente, al 8 %, y al 2 % en las franjas sucesivas por edad de los pacientes.