Familia de acogida
El cambio de Mateo: de "niño planta" a saltar, hablar, jugar
O.V. | Radio Euskadi
María Ayesa, Iñaki Villafranca y sus 3 hijas, cuentan la historia de Mateo, el niño que acogieron con 2 años y que les ha cambiado la vida, "siempre vamos a ser sus hermanas y vamos a estar con él".
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Este 20 de noviembre es el Día Internacional de los Derechos de la Infancia. Un día en el que las asociaciones de familias de acogida hacen campañas, como la de ir en pijama a la escuela, organizan eventos y se movilizan para reivindicar el derecho de todos los niños y niñas a tener una familia.
María Ayesa e Iñaki Villafranca viven en una casa de pueblo en Izco, a 27 kilómetros de Pamplona, con sus tres hijas: Maitane e Iratxe, mellizas de 9 años y Olatz de 6 años. Y desde hace casi 2 años, también son la familia de Mateo. Entre todos acaban de publicar un cuento, titulado Ongi Etorri Mateo, que cuentan su experiencia como familia de acogida.
Iñaki cuenta en "Boulevard Informativo" de Radio Euskadi que cuando Mateo llegó a su casa con 2 años "le llamábamos por su nombre y no nos mirada, no se movía, no tenía psicomotricidad", pensaban que era autista y no sabían si iba a evolucionar. Ahora con 4 años, Mateo "habla en castellano, inglés, euskera, canta, juega, salta..."
El padre de familia remarca lo "increíble" que es ver lo que se puede hacer "solo con cariño". Lo que hace falta es "ofrecer cariño, abrazos y compañía".
Maitane, Iratxe y Olatz explican que Mateo ha llevado "felicidad" a la familia que "siempre" van a ser sus hermanas y estar con él.
Preguntados por cómo se animaron a acoger a un niño, María Ayesa explica que conocían la situación de los niños en centros de acogida y que estaban "en un buen momento familiar" para acoger. Lo que se valora de las familias de acogida es que "tengas tiempo" para dedicar a los niños.
Hoy en día Mateo va a dormir con su padre los fines de semana "y los dos están muy felices". La familia se está preparando para la despedida y saben que van a "llorar" y ponerse "tristes" pero van a "seguir viendo a Mateo". "Vamos a ser amigos de su padre, vamos a llorar pero lo superaremos".
El mensaje que lanzan a las familias interesas en acoger menores es que "no tengan miedo, que se lancen y se animen". "Hay un montón de niños" esperando ser acogidos, "eso es lo duro, ver cuantos niños hay".