Comportamientos humanos
La forma en que usamos las playas puede perjudicar a las aves litorales
Una investigación de la Universitat de València alerta sobre las consecuencias de pasear, solos o con mascotas, en zonas de nidificación de aves en ecosistemas dunares.
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A lo largo de los últimos 200 años, los sistemas de dunas se han visto reducidos en Euskadi, en el mejor de los casos, a pequeñas manchas residuales.
Esa erosión del litoral ha reducido la estabilidad de las playas y los arenales, donde se han conservado en estado precario algunas especies únicas.
Por ejemplo, las dunas de Laida, junto con las existentes en Laga, son los únicos sistemas dunares que históricamente ha tenido la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Las de Laida existieron hasta mediados de los años 50, cuando debido a una gran tempestad marina desaparecieron, pero no sólo las hay ese punto de nuestra costa, también está presentes en otros espacios.
En muchas ocasiones buscamos, en estas áreas, zonas de descanso en las que pasar unos minutos de relax con nuestras mascotas, pero una reciente investigación del Departamento de Microbiología y Ecología de la Universitat de València, alerta sobre esta práctica cuando no se tienen en cuenta algunas precauciones.
El investigador Miguel Ángel Gómez-Serrano señala que en los últimos 20 o 30 años “el patrón de uso de las playas ha cambiado y hay una “sobre-frecuentación” humana que perjudica a otras especies como el chorlitejo patinegro.
El investigador señala que la coexistencia es posible, pero “hay que intentar separar las playas para perros de las zonas donde hay aves litorales nidificantes, porque el comportamiento de los perros cuando les pedimos que busquen un palo que les hemos lanzado, por ejemplo, hace que las aves les confundan con potenciales depredadores”.