Medallas al Mérito Emergencias
"Es algo extraordinario que te concedan la medalla, da un poco de vergüenza"
O.V. | EITB Media
Hemos conocido las historias de Roberto Aretxabala e Imanol Domínguez, medallas al Mérito de Emergencias y Protección Civil por salvar a personas en apuros.
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Todos los años el Gobierno Vasco otorga a ciudadanos anónimos las Medallas al Mérito de Emergencias y Protección Civil. Este año no hay fecha de entrega por la situación de pandemia, pero ya se sabe quiénes son las personas reconocidas. Son Marcial Moduga, ertzaina fuera de servicio que socorrió al conductor de un coche accidentado cuando el coche estaba ya en llamas, María Jesús Anzizar, de un caserío de Hernani, que atendió a los familiares de las tres personas que fallecieron tras caer el coche donde viajaban al río, Roberto Aretxabala y Marcelino e Imanol Domínguez.
Roberto Aretxabala, operario de la empresa Metalúrgica Marina, salvó la vida a una mujer de 71 años que había caído a las aguas de la Ría a la altura del municipio vizcaíno de Erandio. Una vez trasladada a tierra, Roberto, junto a otros operarios, prestó a la mujer los primeros auxilios hasta que llegaron al lugar los servicios de emergencias. "Sentimos gritos y al acercarnos se veía flotando una cosa azul, llamamos al 112 y me metí al agua y la arrastré a las escaleras" ha relatado en "Boulevard Informativo" de Radio Euskadi. "No pensaba que sobreviviría pero le hicieron un masaje cardíaco y sobrevivió", ha añadido que "si la señora hubiera esta consciente igual me hubiera hundido yo también".
Aretxabala ha explicado que se había olvidado de lo sucedido "hasta que me llamaron por que me habían propuesto para estas medallas". "No te das cuenta de que has hecho algo importante hasta ver la repercusión".
Por su parte, Imanol Domínguez y su padre Marcelino circulaban por la carretera de la autovía Valladolid-Burgos cuando vieron un camión tráiler accidentado. Marcelino Domínguez González, bombero, "se puso a dirigir el tráfico", e Imanol, enfermero de una residencia de mayores y con más de diez años de experiencia como voluntario de la DYA, se fue a dónde los camioneros "a hacer los primeros auxilios básicos". "Era un accidente grave y aparatoso". Imano ha explicado que "fue gratificante porque hicimos todo lo que había que hacer".
Ni el padre ni el hijo se esperaban "la medalla para nada" aunque hace "ilusión". Vuelve a reafirmar que "hicimos lo que había que hacer".