REPORTAJE
El día que la URSS descubrió la Coca-Cola
T.S. EITB MEDIA
La llegada de los iconos americanos como las bebidas de cola y la hamburguesa allanaron las relaciones entre Washington y Moscú. Acercaron el capitalismo a territorio comunista e incluso algunos de sus líderes llegaron a pedir de contrabando esas bebidas prohibidas en la hermética URSS.
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Kruchev quedó cautivado con la primera bebida de cola que probó. Era una Pepsi que le invitó Richard Nixon en una feria americana que se celebraba en Moscú. Tanto le gustó al líder soviétivo que pidió otra, y otra, y una más. Así hasta seis.
Algo parecido le sucedió al mariscal Zhukov en 1945 cuando degustó la primera Coca-Cola. Era una bebida prohibida en la URSS. Tanto le gustó que pidió a su amigo Eisenhower que lograra de estraperlo 50 botellas de aquella bebida de cola. Pero debía ser un secreto porque no podía admitirse que un militar de alto rango como él traicionara las bases del comunismo alabando el capitalismo. Zhukov pidió que sus refrescos fueran transparentes como el vodka e incluso con una botella distinta donde se incluyera la estrella soviética. Sus deseos fueron cumplidos.
Son dos ejemplo de cómo los iconos americanos y del capitalismo atraparon los gustos de los rusos en pleno apogeo del comunismo. Más tarde llegaría la hamburguesa más famosa, la de McDonalds, que logró reunir a más de 30 000 personas en la apertura del primer local de Moscú el 31 de enero de 1990. Testigo de esa jornada fue Andrei Landabaso, un ruso hijo de vasco que recuerda lo que supuso la llegada de esos productos para los soviéticos.
Cuando por la guerra de Ucrania estas multinacionales anuncian su marcha o paralización, en Crónica de Euskadi Fin de Semana hemos querido recordar cómo fue la llegada de estos iconos capitalistas a suelo soviético.